El último sábado de los descartes, sin Barrera

Irureta, Bedia y Xumetra, ajenos a la charla previa del entrenador y con Barrera ausente por "molestias", apuran sus días en el Real Zaragoza.

Irureta, Bedia y Xumetra, junto al preparador de porteros Mikel Insausti, esperan durante varios minutos en solitario la salida del resto del equipo del vestuario, ajenos a la charla de Natxo González. Barrera, el otro descarte, no acudió a La Romareda aquejado de molestias físicas.
Irureta, Bedia y Xumetra, junto al preparador de porteros Mikel Insausti, esperan durante varios minutos en solitario la salida del resto del equipo del vestuario, ajenos a la charla de Natxo González. Barrera, el otro descarte, no acudió a La Romareda aq
José Vidal

Este sábado, 26 de agosto, debería ser el último en el que se viera la imagen del inicio del entrenamiento del Real Zaragoza en La Romareda en relación a los cuatro descartes de la plantilla que deben hallar una salida del club inmediata: Irureta, Bedia y Xumetra (Barrera no estaba, aquejado de "molestias" en las últimas horas) esperaban de pie o sentados sobre sendos balones, en charla con Mikel Insausti -el preparador de porteros- la salida del resto de la plantilla del vestuario, ajenos a la charla previa del entrenador, Natxo González, a la que no asisten desde hace varias semanas.

El mercado de verano se cierra en España en la medianoche del viernes que viene, 1 de septiembre. Para entonces, sus enquistados casos de desvinculación de la SAD deberán estar solucionados, de una u otra manera. Por eso, este sábado ha debido ser el último con este problema vivo. Eso sí, en el caso de este cuarteto de futbolistas, en contra de lo que el club y la dirección deportiva deseaba al inicio del trabajo estival a principios de julio, el problema se habrá dilatado hasta el mismo final del plazo legal, por lo que el Real Zaragoza ha quedado cautivo de esta múltiple gestión de finiquito, con más de 800.000 euros comprometidos en sus contratos, sin poder rematar la plantilla convenientemente al estar sometido (como todos los demás equipos) al límite salarial de la Liga de Fútbol Profesional y desconocer de cuánto dinero dispone para acometer las últimas contrataciones.

Deportivamente, tanto el cuadro técnico, como el resto de la plantilla y, por supuesto, los propios implicados, se han visto obligados a sobrellevar el conflicto de la manera más engrasada posible, que no ha sido siempre agradable. Ahora, al observar en la matinal de este último sábado de agosto la imagen de Irureta, Bedia y Xumetra esperando la salida del resto, bajo el agua de los aspersores de La Romareda, asomaba el verdadero escollo definitivo que están teniendo que sortear Lalo Arantegui y el Real Zaragoza para remodelar finalmente la plantilla del curso 2017-18.

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