La UD Logroñés, primer rival de cierto nivel en la pretemporada zaragocista en este verano de 2017, va a acometer su 9º año consecutivo en Segunda División B. Es un club joven, nacido de la nada en 2009 para utilizar la licencia del histórico CD Varea, que fue quien subió en ese año a la categoría procedente de la Tercera riojana. En estos momentos, es la principal referencia en una ciudad que sufrió un cataclismo cuando desapareció el recordado CD Logroñés, dando lugar a diferentes facciones que propugnaron su derecho a ser herederos de aquel mítico equipo del viejo y derruido estado de Las Gaunas: la SD Logroñés (ahora en Tercera División), el propio UD Logroñés y el Fundación Logroñés (ya extinguido).

En sus filas sobresale, desde el prisma del Real Zaragoza, la presencia de su veterano portero, Miguel Martínez. Con 35 años, el arquero riojano apura su carrera futbolística que tuvo en Zaragoza su momento más floreciente. Llegó a la Ciudad Deportiva blanquilla en 2001, hace 16 años, procedente del Calahorra, siendo un chaval de 19 años. Y creció en el filial zaragocista hasta dar el salto al primer equipo apenas dos campañas después. Miguel, con dos cesiones intermedias al Zamora y al Lleida, militaría en la plantilla profesional del Real Zaragoza cinco temporadas, hasta 2008. Por lo tanto, aunque su presencia en el campo se resumió en 4 apariciones bajo los palos en liga y uno más en el torneo copero (con Paco Flores, en Segunda División), su nombre figura entre los campeones de Copa del 2004 en Montjuic ante el Real Madrid y en el equipo que ganó la Supercopa de España al Valencia ese mismo año. 

Su carrera continuó en el Huesca, el Albacete y el Alavés, en la división de plata con los dos primeros, hasta desembocar en su casa, Logroño, hace ya cuatro años. Miguel Martínez es santo y seña de este UD Logroñés que va a ser este miércoles (20.30) en el Nuevo Las Gaunas el primer termómetro del renovado Real Zaragoza. Barbudo, canoso, maduro, sigue guardando con fidelidad sus rasgos de portero alto, de 1,91 de estatura, que compartió palos en sus inicios zaragocistas con Láinez, Valbuena, Luis García, Zaparain, Rubén Falcón, César Sánchez y López Vallejo.

En las últimas fechas, el cuadro riojano ha incorporado a un segundo exzaragocista a sus filas: el defensa central aragonés Ramiro Mayor, de 26 años, que el año pasado jugó en el Burgos, también en Segunda B. Canterano de la Ciudad Deportiva desde niño, Ramiro fue internacional en todas las categorías con España hasta la sub-19 y se convirtió en una promesa que, tras hacer varias pretemporadas con los mayores, jamás explotaría en aquellos malos años del equipo en Primera División, en plena depresión del agapitismo. Llegó a jugar un partido con el primer equipo, en la Copa, en el campo del Alcorcón con Javier Aguirre en 2011. Su suerte acabó ahí. Inició un prereguinar por Villarreal B, Zamora, Valladolid B, Alcorcón (que lo cedió al Guijuelo) para acabar el año pasado en el Burgos. Ahora, es posible que su estreno como logroñesista tenga lugar ante el equipo de su fábrica, el Real Zaragoza.

A este Logroñés lo entrena el emergente Sergio Rodríguez, de 38 años, que fue futbolista del Alavés y de la Real Sociedad en Segunda División, entre otros, recientemente. El año pasado, acabó 6º clasificado en el grupo 2º de la Segunda B, a 5 puntos de los puestos de promoción de ascenso a Segunda. No tiene más jugadores llamativos para el gran público. En su plantel, únicamente cuenta con un extranjero, el delantero brasileño Marcos André.

El pasado sábado jugaron su primer partido de pretemporada, en la localidad alavesa de Laguardia (donde, en un principio, se iba a jugar el amistoso con el Real Zaragoza). El rival fue el Deportivo Alavés de Primera División, que derrotó a los riojanos por 0-1 con un gol de Alexis en el minuto 80. El adversario de este miércoles del Real Zaragoza dio una buena impresión en esa cita. Es una buena vara de medir para Natxo González este precedente para valorar lo que puede tener en frente en Las Gaunas.