El Zaragoza estrecha lazos con 160 clubes de la Comunidad

El club zaragocista trabaja para intensificar su vinculación con el tejido del fútbol base aragonés. Como contraprestación, les ofrece formación, un trato preferencial y compensaciones económicas.

Un partido de la presente campaña entre el Real Zaragoza y el Montecarlo de categoría alevín preferente.
El Zaragoza estrecha lazos con 160 clubes de la Comunidad
Víctor Serrano

La globalización que también se ha instalado en el fútbol, las necesidades económicas y la urgencia de talento han situado el foco en el fútbol base. Hace tiempo –y la tendencia va en aumento– que los clubes traspasan su radio de acción territorial para captar promesas que nutran sus canteras. Reclutan a futbolistas cada vez más jóvenes con el deseo de que superen etapas hasta que algunos alcancen la élite. Controlar o tutelar el mayor número posible de jugadores, a través de convenios de colaboración con sus equipos de origen, se ha convertido en una práctica habitual. Aragón no está exenta de este fenómeno. Sin ir más lejos, hace tres semanas el zaragozano Santo Domingo Juventud firmó con el Real Madrid un acuerdo que contempla la cesión gratuita de los derechos federativos de todos sus futbolistas que interesen al club blanco para sus categorías inferiores. Una entente parecida a la que mantiene desde hace tres campañas el CD Oliver con el Villarreal.

El Real Zaragoza no permanece ajeno y ha explicitado su propósito de apostar con fuerza por la cantera aragonesa. El pasado 6 de junio anunció que los canteranos Julián Delmás, Alejandro Zalaya y Daniel Lasure –piezas esenciales en el ascenso a Segunda B del filial– van a integrar la próxima campaña la primera plantilla, donde se reencontrarán con Raí Nascimento y Jorge Pombo. Una apuesta por la base que delata la importancia de los jugadores de la casa y que les convierte en referencias para los más pequeños.

Es la cantera un proceso arduo, laborioso y duradero en el que participan decenas de clubes de la Comunidad con los que la entidad zaragocista mantiene convenios de colaboración que propician el suministro de talento. El buen funcionamiento de esta cadena virtuosa resulta fundamental y depara frutos para todas las partes, que se retroalimentan.

Estas ententes se renuevan y enriquecen periódicamente. De hecho, un total de 160 propuestas de convenio se han enviado recientemente a las entidades para que todo club que esté interesado en este tipo de colaboración con el Real Zaragoza –en la actualidad hay 70 clubes vinculados a la entidad blanquilla– lo devuelva firmado.

Un engranaje que requiere unas normas de funcionamiento muy básicas, pero esenciales para que llegue a buen puerto. Fue en la temporada 1995/1996 cuando se instaló la paz en el fútbol regional aragonés, tras una etapa anterior marcada por el malestar de los clubes con el Real Zaragoza, ya que este fichaba a los jugadores de las formaciones regionales sin ninguna contraprestación a cambio, ni social ni económica. En el caso de que un futbolista firmase un contrato profesional, únicamente recibían los derechos federativos preceptivamente estipulados por la Federación Española.

Pero ese 1995, la entidad zaragocista comenzó una relación más estrecha y justa con los clubes de formación de Aragón mediante los contratos de colaboración. Una práctica que se ha prolongado hasta nuestros días. En ese documento se plasman cláusulas sociales y deportivas que vinculan al primer equipo zaragozano con los clubes de fútbol base.

La declaración de intenciones es inequívoca por ambos actores desde el arranque del documento. "El Zaragoza valora muy positivamente la labor social y deportiva llevada a cabo por el club colaborador, que inculca a decenas de muchachos los valores deportivos y de convivencia a través del fútbol", espeta la entidad zaragocista. A lo que replica la otra parte: "El club colaborador se siente vinculado afectivamente con el Real Zaragoza como símbolo y referente máximo del fútbol aragonés".

Estas palabras bienintencionadas se plasman en una serie de contraprestaciones mutuas, tanto materiales como sociales y formativas que garantizan al Real Zaragoza un ‘control’ sobre jugadores susceptibles de incorporarse a su disciplina. "El club colaborador está dispuesto a ceder los derechos federativos de cualquier jugador de su plantilla en el momento que el Real Zaragoza así se lo solicite...", se acuerda. Las compensaciones a esta preferencia se articulan en múltiples facetas: realización de cursos de formación para los entrenadores de los clubes vinculados, la posibilidad de acudir a los entrenamientos del primer equipo, la cesión de jugadores por parte del Zaragoza a los clubes vinculados...

Un apoyo que se complementa con los ingresos económicos que van desde los 500 a 1.500 euros por jugador ‘fichado’ dependiendo de la categoría a la que pertenezca. Una cifra que puede aumentar para las entidades que aporten más futbolistas. Los bonus no se detienen aquí y también se acumulan si el jugador debuta con el primer equipo o es citado por la selección sub 21 o absoluta. Y se establece un porcentaje de un futuro traspaso. Esta comunión de intereses es el escenario ideal para que los talentos de la tierra puedan desarrollarse integralmente y que, en caso de progresar, puedan derribar las puertas de la élite.

Comparativa

Un camino en el que todavía queda mucho por avanzar. Uno de los casos más especiales es el que atañe a la Real Sociedad y a la Diputación de Guipúzcoa. Ambos estamentos van de la mano para mimar el talento futbolístico provincial y que este vaya encaminado a su club más emblemático y, de esta forma, no se produzcan injerencias o fugas, especialmente al Athletic Club. El diputado de Cultura y Deportes, Denis Itxaso y el presidente la Real Sociedad Jokin Aperribay, acordaron en junio de 2016 con los clubes de fútbol base guipuzcoanos los objetivos y líneas de actuación principales que se derivan de los convenios suscritos entre ambas entidades para el desarrollo del fútbol base. Acuerdos que tienen como objetivos fundamentales la ordenación del fútbol guipuzcoano, la mejora de la tecnificación de los futbolistas dentro de un proyecto formativo estructurador del fútbol tanto masculino como femenino, para lo cual la Diputación aporta 1.355.000 euros.

La dotación económica que percibe la Real Sociedad se destina a los clubes convenidos a través de los acuerdos que tiene suscritos con los mismos. Es lo que hace posible, junto con las aportaciones de la propia Real Sociedad, la sostenibilidad del modelo de fútbol base en Guipúzcoa. Este proteccionismo pretende que no se repitan en el futuro casos como la colaboración que mantenían el Antiguoko donostiarra con el Athletic de Bilbao, que suministró a los vizcaínos promesas como Aritz Aduriz, el portero Juanjo Valencia o el exinternacional Andoni Iraola.

Es precisamente el club bilbaíno otro de los ejemplos de control férreo del territorio. Mucho más con las especificidades de una entidad que sólo se nutre de jugadores ‘de la tierra’. Mantiene convenios con unos 175 clubes, 160 de los cuales están radicados en Vizcaya, donde sobresalen por su aportación el Danok Bat, el Barakaldo y el Santutxu. Navarra es el otro gran vivero rojiblanco. Especialmente fructífera es la vinculación con los pamploneses UDC Chantrea (de ahí salieron Gorka Iraizoz, Iker Muniain, Mikel San José o el ahora zaragocista Iñigo Eguaras) y el CD Pamplona (donde surgió Iñaki Williams). En Vitoria su influencia está en declive ante el resurgimiento del Alavés y en Iparralde (Francia) el Athletic controla a unos 2.000 niños de entre 6 y 16 años a través de sus acuerdos con el Aviron Bayonnais, el Arin Luzien, el Cruises, el Angers, el Genets Anglet, o el Biarritz. El central internacional francés Aymeric Laporte es una de las mayores recompensas.

El Villarreal encarna en su máxima expresión una exitosa y costosa política de cantera. Los castellonses mantienen acuerdos de colaboración con varios clubes nacionales e internacionales en cuestión de formación de jugadores y técnicos. Anualmente firma un convenio con 37 equipos o escuelas de fútbol base de la provincia de Castellón, por la que controla a más de 6.500 jugadores.

Los tentáculos del Submarino Amarillo alcanzan a Aragón, donde por tercer año consecutivo mantiene un acuerdo con el Club Deportivo Oliver. La institución zaragozana cuenta con más de 400 futbolistas que son monitorizados por los levantinos. Las redes villarrealenses traspasan fronteras hasta Argentina.

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