El Real Zaragoza piensa ya en el nuevo proyecto

Bajo la dirección de Lalo Arantegui, el club quiere regenerar a fondo el área deportiva. Natxo González será confirmado en breve como nuevo entrenador del equipo aragonés.

Los jugadores del Real Zaragoza se abrazan en el centro del campo al término del partido de ayer.
El Real Zaragoza piensa ya en el nuevo proyecto
Óliver Duch/Raquel Labodía

Terminada ayer la temporada 2016/2017, una de las más sufridas en la dilatada historia del club del escudo del león, el Real Zaragoza piensa ya en la construcción de un nuevo proyecto deportivo, en el desarrollo de un plan estratégico que devuelva al equipo y a la institución a la senda que finalmente conduce a la Primera División del fútbol español.

Lalo Arantegui, director deportivo tras la inevitable marcha de Narciso Juliá y de sus personas de confianza, va a ser una pieza fundamental en este sentido, si no es exactamente la piedra angular.

Sobre su criterio y decisiones descansa en buena medida la labor de regeneración que se quiere impulsar desde este mismo momento, sin dilación. Aterrizado en el club unos meses antes de lo previsto, viene moviendo asuntos de naturaleza deportiva desde el pasado mes de febrero.

Sabido es, por ejemplo, que ha apostado en firme por la figura de Natxo González, técnico que ha dirigido este año al Reus, un equipo modesto que en ciertos momentos pudo calificarse como el conjunto revelación de la categoría. A juicio de varios entrenadores, el Reus ha sido a lo largo de la campaña la escuadra más ordenada y rigurosa de Segunda desde un punto de vista táctico.

Ha recibido muy pocos goles, dato que acaso dé una primera clave acerca de por dónde se puede conducir el Real Zaragoza que se quiere levantar durante los meses de verano: un equipo sólido y solidario, disciplinado, que asuma pronto un ideario colectivo que lo haga más fuerte que la mera suma de individualidades.

Al lado de Lalo Arantegui, que durante las últimas campañas sirvió en la secretaría técnica de la Sociedad Deportiva Huesca, se sitúa como mano derecha José María Barba, un hombre de su plena confianza y que también tiene por misión redefinir el trabajo cotidiano en el corazón del área deportiva de la sociedad anónima deportiva.

Deja el banquillo del primer equipo César Láinez, que ha logrado el propósito fundamental de que esta historia se pueda seguir relatando en presente y no en pasado. El exguardameta, que tomó las riendas del Real Zaragoza en un momento crítico, con sólo 35 puntos sumados, lo ha dejado en 50, justo en la frontera de la salvación, sintiendo la honda satisfacción personal de haber cumplido ante las graves responsabilidades que tenía enfrente.

Por su papel durante las doce jornadas en las que ha dirigido al Real Zaragoza y por su biografía como guardameta, César Láinez apunta a convertirse en la clásica figura de entrenador de club, quizá en un plano similar al que desempeñaron en diversas etapas Luis Costa y Manolo Villanova.

También parece claro que el futbolista joven y de la casa volverá a disponer de cierto peso en la primera plantilla, recuperándose viejas esencias. El filial, que ha ascendido a Segunda B, se convierte en el vivero preciso después de estrechar distancias con el primer equipo. Láinez, de regreso al Aragón con un contrato que le vincula por tres temporadas, velará de modo directo por esta cuestión.

Álvaro Ratón y Jorge Pombo, canteranos que ya están asentados en la primera plantilla, representan en este orden una avanzadilla. El brasileño Raí, Raúl Guti, quien ayer, frente al Tenerife, causó buenas impresiones, Lasure y Zalaya parecen llamados a ocupar este espacio.

En el club, por otra parte, no se abandona en modo alguno la idea de luchar por el ascenso a Primera División la temporada venidera, por más que a estas horas todavía suenen con fuerza los ecos del complejo año que acaba de cerrarse y que ha consumido a tres entrenadores, un director deportivo y varios futbolistas de contrastada categoría. El mensaje es muy nítido en este capítulo. El Real Zaragoza quiere moverse en los parámetros deportivos que le demandan su propia historia y su dimensión como entidad. Los fallos estructurales en los que incurrió Narciso Juliá a la hora de confeccionar la plantilla de este ejercicio pretenden dejarse como hoja que no volverá a leerse.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión