Se despidió el Real Zaragoza de la temporada con derrota ante el Tenerife. La decimosexta del campeonato. Un campeonato gris, muy lejos de la historia del club aragonés, que termina la liga 16º (podría ser 17º si puntúa este domingo el Numancia) y con un estrecho margen de dos puntos sobre la zona de descenso, que finalmente ha terminado delimitando el UCAM Murcia con 48 unidades. Es la peor temporada en los últimos 70 años de la longeva historia del club zaragozano.

El descenso, huir de él, ha terminado siendo el objetivo real de una plantilla mal confeccionada, que han dirigido hasta tres entrenadores diferentes en 10 meses y que sufrirá a partir de la próxima semana una obligada remodelación. El ascenso, la promoción, luchar por los puestos nobles... fue un sueño irreal, inalcanzable con los mimbres futbolísticos actuales.

El Zaragoza ha ganado 12 partidos en 42 jornadas. Ha empatado 14 y ha perdido 16. Ha enlazado varias rachas pésimas: una de seis encuentros sin vencer que terminó con la etapa de Luis Milla, otra de siete derrotas en once partidos que acabó con Raúl Agné y una última (la actual) de siete jornadas sin sumar de tres en tres a las órdenes de César Láinez.

Un Láinez que, eso sí, ha capitaneado la agónica salvación del Zaragoza con una notable serie de resultados (11 puntos sobre 15) en su llegada al banquillo. Desde aquel momento, como le sucediera a Milla primero y a Agné después, el equipo se le cayó jornada a jornada hasta terminar la liga en un estado de forma que casi le lleva de cabeza a la Segunda División B. El Zaragoza ya piensa, con los cinco sentidos puestos, en el nuevo proyecto, el de la temporada 2016-2017 que capitaneará desde la dirección deportiva Lalo Arántegui.