La paradoja en las evaluaciones de Ángel

Nadie discute su trabajo, su presión y su alto valor táctico en el actual Real Zaragoza. Pero todo el mundo lamenta sus fallos ante el gol, pese a llevar 11 anotados.

Ángel se lamenta tras fallar un mano a mano ante el portero del Levante, Raúl Fernández, en el minuto 2 del partido del este sábado.
Ángel se lamenta tras fallar un mano a mano ante el portero del Levante, Raúl Fernández, en el minuto 2 del partido del este sábado.
Oliver Duch

Ángel Rodríguez, el '9' del Real Zaragoza, el delantero centro titular de esta temporada y casi toda la pasada, es desde hace tiempo el pararrayos de un debate abierto en el zaragocismo que supone, en sí mismo, una enorme paradoja.

Por un lado, nadie discute la relevancia de Ángel en el sistema táctico del actual equipo, su derroche de trabajo, su capacidad inmensa para la presión desde la parte más lejana del posicionamiento del rival, circunstancias que lo convierten en un delantero especial y muy útil para el entrenador.

Pero, por otra parte, la acumulación de fallos ante la portería, la dificultad que manifiesta para convertir en gol las jugadas en las que se queda mano a mano ante los porteros rivales, los errores claros que han impedido que el Real Zaragoza se haya puesto en ventaja en momentos cruciales de muchos partidos que al final no se han ganado, es el aspecto preponderante en otros muchos análisis. El de aquellos que consideran que un delantero está para marcar goles, para transformar en renta palpable el trabajo del grupo en el resto de las líneas.

Son dos pautas diferentes de evaluación respecto de la aportación de Ángel al juego del Real Zaragoza. Una, la que tiene muy en cuenta lo accesorio de un delantero, paralelamente a su capacidad goleadora. Otra, la que considera que, por muy bien que un punta trabaje en otras facetas del fútbol, como la defensiva o presionante, el sostén de su rendimiento para el equipo ha de girar en torno a su capacidad de definición ante las porterías rivales en los momentos decisivos que se le plantean durante los partidos.

En la primera teoría, Ángel sale bien parado para los analistas 'tácticos'. En la segunda, los 'pragmáticos del gol' lo suspenden ampliamente, pese a que Ángel ha firmado 11 goles en las 25 jornadas disputadas de liga (dos de ellos de penalti).

El debate no solo no cesa, sino que se incrementa con el paso de los partidos. En el último, donde el foco principal de la culpabilidad de la derrota ante el Levante recae mayoritariamente en el portero Irureta y en su fallo garrafal de manos blandas en el punteo de Roger al centro de Morales que supuso el 0-1 definitivo, la parte crítica con Ángel reclama asimismo un porcentaje de responsabilidad para el delantero centro.

Esa línea de escrutinio de las cosas subraya en trazo grueso el fallo de Ángel en el minuto 2, solo ante Raúl Fernández, el portero del Levante, al que no logró superar en una acción que es la enésima similar en los cinco meses que han transcurrido de liga. También esa otra jugada de penetración en solitario en el área, en el minuto 12, en la que Ángel estrelló la pelota contra el guardameta tras un mal último control, jugada en la que también podía haber cedido atrás a Lanzarote o Cani, que esperaban el pase de la muerte a bocajarro. Dos goles que, en un equipo aspirante a vivir en la zona alta de la tabla como el Real Zaragoza, han de exigirse a un '9' titular y que, en este caso, decantan un partido por 1-0 o 2-0 en los primeros minutos y lo llevan por unos derroteros bien diferentes a los que realmente se acaban produciendo.

Antes, en Huesca, Ángel también falló un mano a mano en el 79, ya con 1-3, en el que Sergio Herrera se le adelantó. Este fue un error anecdótico por el triunfo final, pero sirve para que los 'prágmaticos del gol' que observan al delantero centro en virtud de su olfato anotador sumen una piedra más en la crítica cerrada a la labor de Ángel ante las porterías adversarias. Una semana antes, frente al Lugo, Ángel marró en el minuto 4 un disparo cruzado ante el portero gallego y, sobre todo, echó a perder un mano a mano cantado ante José Juan en el minuto 13, al que golpeó en el cuerpo con la pelota.

En Murcia, frente al UCAM, Ángel falló un gol hecho en el minuto 60, tras controlar en el área y quedarse solo ante Biel Ribas. Disparó alto. En el 74, allí en La Condomina, cabeceó solo, a placer, un centro de Morán, y la pelota, picada, la echó fuera. Y en el 84, entre él y Dongou, no pudieron empujar a gol en el área pequeña un pase atrás de Cabrera desde la línea de fondo. El Real Zaragoza perdió 1-0 esa noche.

Ante el Girona, antes de que los gerundenses fraguaran su 0-2 favorable en La Romareda, las anotaciones sobre Ángel recuerdan que en el minuto 17 erró otro mano a mano ante René, que remató mal y tras dar en el central Juanpe se estrelló en el larguero. O que en el minuto 44, tras un regate en el área, disparó mal, desviado, con la zurda, en posición franca para marcar.

Aquel partido perdido por 1-0 en Getafe también asoma en las fichas que sustentan las censuras al juego goleador de Ángel. En el Coliseum, el canario falló un primer gol en el minuto 4, disparando a quemarropa sobre la posición del portero Alberto. En el 35, encaró solo al portero getafense, no se decidió a chutar en ningún momento y terminaría sin hacerlo, cayendo al suelo por la presión del central Gorosito en una acción en la que los zaragocistas reclamaron penalti. La ocasión, monumental, se fue al limbo.

En Valladolid, el día de la destitución de Milla tras el 0-0 final, Ángel tuvo la única ocasión de gol de todo el partido, justo antes del descanso. Se marchó desde medio campo solo, quebró al portero Becerra en su salida fuera del área y, escorado a la derecha y con la puerta vacía, remató flojo, dando tiempo a que el defensor Alex García salvara bajo palos.

Antes, en La Romareda en la derrota por 1-3 frente al Elche, Ángel falló a bocajarro delante del portero Juan Carlos. Era el minuto 40, con 0-2 en el marcador. Lanzarote sacó una falta, Ángel remató a placer sobre la posición del arquero ilicitano, sin poder meter el balón en la red y acortar distancias para meter al Zaragoza de nuevo en el partido. Apenas 2 minutos después llegaría el irremontable 0-3 previo al intermedio de aquel fatal partido.

En Tarragona, donde el marcador fue 0-0, Ángel tuvo ante Saja (ahora compañero en el Real Zaragoza y entonces portero del Nástic) el 0-1, pero lo falló. Era el minuto 62, tras un centro de Casado, que no logró patear en el área por dos veces, haciéndose un lío con todo a favor. En el triunfo ante el Alcorcón, por 2-0 en la 5ª jornada, el ariete zaragocista añadió otro error ante el marco que quedó en anecdótico por el marcador positivo final. En el minuto 15 erró un mano a mano clásico, que le sacó Dmitrovic a córner.

Frente al Huesca, en la 3ª jornada, Ángel falló dos goles claros antes de que Casado hiciera el 1-0 final en el tiempo de aumento. Uno, en el minuto 45, antes del descanso, cuando se fue del portero, Sergio Herrera, se vio obligado a retroceder al verse muy escorado y, tras chutar dos veces a puerta, Aguilera salvó el tanto bajo palos. Y otro, ya en el 85, donde Cani lo dejó solo delante del guardameta oscense, que le tapó el remate en su salida.

En este retroceso temporal de los goles claros que se le han ido al tejado a Ángel desde agosto, se acaba llegando a la triste noche de Lugo, pese a que el Real Zaragoza no perdió ese día, con aquel 3-3 final después de desperdiciar los aragoneses una ventaja de 1-3 a falta de solo 20 minutos. En el Anxo Carro, el tinerfeño, que marcó dos goles, erró en el que pudo ser crucial, el que hubiera significado el 1-4 y la puntilla definitiva para los locales en el minuto 59. Se quedó solo ante José Juan a pase de Javi Ros pero remató alto, fatal, con el portero fuera del marco y todo a su merced.

Salen un total de 18 ocasiones manifiestas de gol que Ángel no tuvo el acierto de convertir. Muchas, en días donde esos goles habrían abierto caminos bien distintos a la trama de sus guiones. Por esto, una parte de los análisis de los males que afectan al Real Zaragoza este año también señalan con el índice al '9'. Pese a sus 11 goles convertidos. Y pese a su innegable trabajo táctico sobre el césped, que muy pocos delanteros centro ofrecen en los demás equipos de la categoría. Es la paradoja de Ángel. 

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