Después de casi diez meses de liga, el drama sobrevuela Pamplona, Alcorcón, Zaragoza, Córdoba, Gerona y Oviedo. Parece mentira, porque los seis equipos de estas ciudades están pugnando por jugar la promoción de ascenso a Primera División, lo máximo a lo que se puede aspirar como fin último en Segunda. Pero la realidad inexorable es que, cuando concluyan las dos próximas jornadas en apenas nueve días (el 4 de junio), las últimas de la liga, tres de estos equipos -Osasuna, Alcorcón, Real Zaragoza, Córdoba, Girona y Real Oviedo- se irán ya de vacaciones con el suspenso y el fracaso bajo el brazo. 

Con el Alavés, el Leganés y el Nástic de Tarragona ya escapados en las tres primeras posiciones de la clasificación, peleando por lo tanto por los dos billetes de ascenso directo -quien acabe tercero se verá abocado a jugar la promoción como mal menor-, al sexteto de perseguidores solo les quedan tres puestos que repartirse para los 'play off'. Así de duro, así de crudo para los que fallen y se queden sin asiento en este letal juego de las sillas.

Los cuatro primeros del sexteto, Osasuna, Alcorcón, Real Zaragoza y Córdoba, caminan igualados a 61 puntos. Nerviosa situación de equidad sabiendo que no hay lugar para tanta gente. Pero es que, a rebufo, anda el Girona con uno menos, 60. Y también pelea el Oviedo, con 59, dos menos. Todos en un pañuelo. Para que pueda pasar cualquier cosa en las dos últimas jornadas (hasta el Elche, con 56, tiene opciones matemáticas, pero su involucración final en la promoción parece muy poco probable).

El Oviedo tiene la herramienta a mano para reparar esa evidente desventaja con la que parte en las dos últimas jornadas: es el único que tiene ante sí dos enfrentamientos directos ante este paquete de adversarios. El domingo visita La Romareda para jugar contra el Zaragoza. Y la próxima semana concluye el torneo recibiendo en el Tartiere al Osasuna. 

También hay un tercer choque a cara o cruz entre implicados: en la penúltima jornada, en apenas unas horas, se juega un Girona-Alcorcón con tintes de decisivo. De estos partidos entre iguales va a derivar un aclarado que bien puede definir al final el grupo exitoso y el despeñado del 7º puesto hacia abajo. 

El único que no tiene enfrentamientos directos es el Córdoba. Los andaluces viajan ahora a Mallorca y terminan el curso en El Arcángel recibiendo al Almería. El Osasuna, antes de concluir en Oviedo, recibe al Huesca en El Sadar este domingo. El Girona, tras el cruce con el Alcorcón en Montilivi, remata la liga en Ponferrada. Los alcorconenses, después de jugársela en Gerona ya mismo, finalizan la liga en su campo de Santo Domingo ante el Elche. Y, sabido es, que el Real Zaragoza, una vez resuelva su duelo contra el Oviedo en La Romareda, acaba el curso en Palamós ante el Llagostera, tal vez ya descendido ese día.

Es el programa de selectividad que aguarda a estos seis equipos que, de una manera u otra, han estado en el grupo de cabeza de la Segunda División en la mayor parte de la temporada. Genera vértigos pensar que para la mitad de ellos el final va a ser cruel a corto plazo. Y, aunque ahora sea anacrónico -y feo- subrayar lo que aguardará después a los tres que logren el éxito parcial de promocionar, en esos 'play off' finales, tres de los cuatro que los disputen también acabarán llorando por no obtener el premio anhelado. Se trata de una reválida de altísima exigencia donde, a solo 180 minutos para el final de la liga y de cuatro partidos extra para quienes lleguen al final de la promoción, al menos siete equipos son sabedores de que su lucha concluirá con un solo ganador: el que ocupe la tercera plaza de ascenso en la fase final pos liga. La purga es extrema.