Morán y Culio, buenas vibraciones

El medio vasco, tras cuatro semanas de baja, debe volver ya ante el Alcorcón. El argentino ha trabajado de nuevo sin vendaje en su rodilla dañada.

Morán y Culio, dos centrocampistas con poso y vitola de titulares que acumulan cuatro y dos jornadas fuera del equipo, respectivamente, a causa de sendas lesiones, han comenzado la semana con buenas vibraciones. Morán, que se recupera de una rotura muscular en los isquiotibiales sufrida en Tenerife hace un mes, ya volvió con el grupo la semana pasada aunque no llegó a tiempo en condiciones de ser incluido en la lista de viajeros a Valladolid. Culio, ausente en los dos últimos choques en el once titular por un problema en el ligamento colateral interno de la rodilla derecha (aunque hace dos fines de semana forzó a jugar 25 minutos en precario frente al Mallorca en el final del encuentro), ha comenzado el entrenamiento de este martes con mejor aspecto al no portar el aparatoso vendaje protector y estabilizador que rodeaba su articulación dañada en los últimos diez días, tanto en los ensayos como en el citado partido ante los mallorquines.


La rehabilitación de Morán camina por el mejor de los caminos y, al tratarse de una dolencia muscular ordinaria, no presenta dudas en su proceso de retorno a los terrenos de juego, que debería tener lugar este próximo domingo en La Romareda ante el Alcorcón (19.15). Lo único que quedaría en el aire y a merced de la decisión de Lluís Carreras, es si lo hará como titular o, como ya ocurrió recientemente en el retorno de Vallejo, comenzará el primer día en el banquillo y dosificará sus minutos a modo de puesta a punto progresiva.


El asunto de Culio es más delicado. Su daño está localizado en una rodilla, siempre palabras mayores en la medicina deportiva. Se trata de una lesión que tiene un antecedente reciente, hace 13 meses, en su anterior andadura en Las Palmas, donde sufrió un fuerte esguince en ese mismo ligamento que le hizo ser baja varias jornadas en el cuadro canario la temporada pasada. En este caso, los riesgos son mayores y, de derivar hacia un agravamiento del mal, las consecuencias también podrían tener mayor calado. Por eso, es posible que la vuelta de Culio al equipo pueda abordarse con unos planteamientos mucho más conservadores.

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