Obsesión por el balón

Popovic pretende un juego basado en la posesión y con más identidad que la pasada campaña.

Popovic, durante un entrenamiento del Real Zaragoza en Boltaña
Popovic, durante un entrenamiento del Real Zaragoza en Boltaña
Javier Broto

Si algo ha quedado claro en las escasas dos semanas que van de pretemporada, es la obsesión de Ranko Popovic por armar un Real Zaragoza capacitado para hacerse con el control de los encuentros. 


La pasada campaña, tal y como han reconocido en más de una ocasión tanto él mismo como el director deportivo, Ángel Martín González, el equipo acusó falta de identidad y de argumentos futbolísticos en muchas fases. Un defecto de magnitud en el que se ha querido trabajar desde el primer día. 


Tanto en los entrenamientos como en los tres amistosos disputados, Popovic ha mostrado especial interés por que los encargados de llevar la batuta comprendan qué es lo que se espera de ellos sobre el césped. El míster es consciente de que, a excepción de Dorca, la línea medular con la que habrá de afrontar el reto del ascenso es completamente nueva, y por ello trabaja a contrarreloj para que los recién incorporados adquieran los conceptos que marcarán su hoja de ruta. 


A la conclusión de la prueba del martes en Cagliari, destacó la "necesidad" de que los nuevos vayan aprendiendo a tocar el balón como él pretende y sean capaces de "jugar bajo la presión de los oponentes", con el fin de cometer "menor número de errores en la entrega". En ese sentido, añadió que, con el tiempo, espera que la gente de las bandas "se asocie mucho más con la del centro" para dar más apoyos y fluidez.


Ideas siempre encaminadas a hacer un juego cimentado en la posesión, que no deberían conllevar la falta de profundidad mostrada en muchas fases de los amistosos preparatorios. Ahí Popovic tiene la ardua tarea de lograr exprimir cada una de las virtudes de sus hombres de mediocampo, sin que lleguen a confundir la buena intención de mimar el balón con un fútbol plano. 


Para la causa, el mencionado Dorca y Wilk se postulan como los jugadores más posicionales y defensivos. Diamanka como el de mayor recorrido y Erik Morán como enlace con la zona de tres cuartos, que contará con la presencia del quinto pelotero: el japonés Aria. A todos ellos hay que sumar el recurso del canterano Tarsi, jugador distinto al resto que está realizando un gran papel durante la preparación veraniega.





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