Aguado: "Lo primero que hice tras el gol fue preguntarle al cuarto árbitro cuánto quedaba"

El exjugador del Real Zaragoza recuerda cómo vivió los momentos previos a la final, el gol y las celebraciones posteriores con la afición.

Aguado, durante su etapa como jugador del Real Zaragoza
Aguado, durante su etapa como jugador del Real Zaragoza
Archivo

Xavi Aguado, como muchos de sus excompañeros del Real Zaragoza, recuerda con más nitidez las celebraciones que siguieron a la final de la Recopa de Europa de 1995 que el propio partido. Miles de zaragocistas llevaron en volandas al equipo en París, recibieron a los jugadores en el aeropuerto a su regreso y celebraron el título en la plaza del Pilar.


“La primera imagen que me viene a la cabeza es la alegría que reportó ese triunfo a la afición. A todos los que estaban en el Parque de los Príncipes y a todos los que nos esperaban en Zaragoza y nos recibieron en la plaza del Pilar. Hablando de fútbol, es bonito recordar el partido, pero yo me acuerdo mucho más de la celebración. Ahí te das cuenta de que hiciste feliz a mucha gente y años después te siguen parando por la calle y todo el mundo te comenta donde estaba en ese momento y cómo vivió el gol”, recuerda Aguado.


Pero, si la afición se acuerda de dónde estaba cuando Nayim marcó su gol, el defensa puede incluso contar cómo olía el césped del Parque de los Príncipes. “Yo estaba muy cerca de Nayim, creo que era el que más cerca estaba, unos 10 metros más atrás, y la pelota la pelea Poyet con Andy Linighan. Le llega a Nayim, que no la controla e intenta golpear directamente”, narra la jugada Aguado: “Nos quedamos sorprendidos porque en aquel momento no te esperas una vaselina tan lejana, pero conociendo a Nayim… Tampoco nos dio tiempo a pensar mucho, y con la calidad que tenía ya nos imaginamos que alguna cosa se le había pasado por la cabeza. Fue una cosa histórica porque es el gol soñado por cualquier futbolista. Un gol desde el centro del campo en el último minuto de la prórroga de una final europea”.


Tras el gol, el exjugador del Real Zaragoza sacó su espíritu más defensivo. “Lo primero que hice, como buen defensa, fue ir a preguntar cuánto quedaba. Habían prohibido que pusieran el cronómetro en el marcador, así que fui a preguntarle al cuarto árbitro con mi inglés perfecto. Cuando me dijo ‘finish’ fue un alivio brutal. Si hubiéramos tenido que aguantar a los ingleses colgando balones hubiéramos sufrido mucho porque eran muy altos”, relata el catalán.


Como el resto, Aguado señala la amistad que unió a la plantilla como el ingrediente secreto de su éxito. “Más que un equipo éramos un grupo de amigos. Eso se demuestra con el paso del tiempo. Ahora que somos modernos tenemos hasta un grupo de Whastapp en el que compartimos las vivencias, las alegrías, las tristezas… Eso demuestra que ese equipo destacaba por la gran camaradería que había entre todos”, confiesa el exjugador del Real Zaragoza.


“La mayoría veníamos de no ganar nada, de una promoción dolorosa contra el Murcia en el año 91, y tuvimos la fortuna de ir creciendo juntos. Eso fue fundamental”, recuerda Aguado, quien destaca el mérito que tuvo aquella hazaña: “Hay que recordar que la inversión en ese equipo no fue muy alta, y eso demuestra la capacidad que tuvo de ganar en Europa, que era algo muy complicado”.


Sobre la situación actual del Real Zaragoza, Aguado asegura que entrar en el ‘play off’ para tratar de regresar a la élite es vital para el proyecto: “La clave para volver a ser lo que éramos es ascender a Primera y rearmarse. Lo bueno es que ahora ha entrado un grupo serio y muy formal que seguro que le dará solvencia al club”.