Entre Rubén Castro (10 goles) y Borja Bastón (9) suman 19 goles. Más de los que han marcado sus respectivos equipos, el Betis (16) y el Real Zaragoza (17), y que 18 de los 22 equipos de Segunda División. Entre los dos han anotado tantos como todos los jugadores del Girona o el Osasuna juntos. Si decidieran formar su propio equipo y pudieran inscribirse ahora mismo en la categoría de plata, tan solo dos de sus rivales, el Mallorca y la UD Las Palmas, les superarían si sumaran los goles de todos sus futbolistas.

El veterano Rubén Castro (33 años) y el joven Borja Bastón (22) son, junto a Sergio Araujo, los máximos goleadores de la categoría. Ambos pasaron, en diferentes épocas, por el Huesca y el Deportivo de La Coruña, pero ahora sus caminos se han cruzado en Segunda, ambos en equipos cuyo principal objetivo es el regreso a Primera.

Y los dos delanteros parecen cruciales para acercarse a esta meta, ya que han marcado más de la mitad de los goles de sus respectivos equipos. Borja Bastón, con 9 de los 17 que suma el conjunto de Víctor Muñoz, es autor del 53%. La influencia de Rubén Castro sobre el ataque de su equipo todavía es mayor: marca el 62,5% de los tantos del Betis y ha participado en casi todas las jugadas de gol del conjunto sevillano. De hecho, el segundo máximo goleador del conjunto verdiblanco es Vincenzo Rennella, con solo dos goles.

Pero, cada uno con su estilo, más móvil uno, más animal de área el otro, prometen un auténtico duelo de goleadores en La Romareda. No ha fallado en ninguno de los últimos tres partidos Rubén Castro, que marcó el pasado fin de semana, en la victoria (1-0) del Betis contra el Barça B, la semana anterior, en la derrota frente a Osasuna (3-2) y la previa, en el triunfo ante el Recreativo (3-2).

Borja Bastón llegaba en una racha todavía mejor, ya que había anotado seis goles en cuatro partidos (dos contra el Lugo, uno contra el Racing, dos frente al Alcorcón y uno ante el Tenerife), pero la decisión de Víctor Muñoz de cambiarle antes del descanso en El Molinón dejó al Real Zaragoza sin su hombre más peligroso y al ariete sin opciones de marcar por quinto partido consecutivo. Un duelo de rachas, una batalla de goleadores en La Romareda.