Ofrenda por una ilusión

El Real Zaragoza acude al Pilar para pedirle a la Virgen "colocar al club donde le corresponde"

Álamo y Alcolea hacen su entrada a la Basílica con la cesta floral, escoltados por el resto de la plantilla y por el presidente del club, Christian Lapetra.
Ofrenda por una ilusión
Aránzazu Navarro

La tradicional ofrenda de flores a la Virgen del Pilar se convirtió ayer en otro emotivo encuentro de la gran familia que forma el Real Zaragoza: jugadores del primer equipo y de las categorías inferiores, técnicos, directivos y, sobre todo, aficionados, que rompieron en aplausos cuando la plantilla hizo su aparición en la emblemática plaza de la capital para cumplir con un acto que, este año, llegaba cargado de mensajes que conjugan el verbo ilusionar. "Hay un ambiente diferente. La gente está ilusionada, porque ha habido un cambio importante, y está apoyando al club porque ve que se están haciendo bien las cosas y se está siendo transparente. Y esto el hincha lo agradece y, por eso, quiere estar con su equipo", resumía Pablo Alcolea, que ayer ejerció de capitán junto con Javier Álamo.

"¡Vamos campeones!" "¡A ver si nos ilumina la Virgen y podemos subir a Primera!" "¡Sois los mejores!", aclamaron los hinchas que se acercaron hasta la Basílica para compartir deseos con el equipo. "Tenemos motivos para creer. El Zaragoza presenta un nuevo proyecto, se mira a la cantera. A ver si nos regalan un buen partido este sábado contra Osasuna", comentaba Javier, un hincha adolescente "fiel a la Romareda". "Juventud, divino tesoro", resaltaba María. "Si es que tienen una carita de niños... Pero seguro que le ponen ganas en el campo y nos van a dar muchas alegrías", completaba su amiga Paqui, mientras solicitaba un autógrafo al centrocampista Iñigo Ruiz de Galarreta.


Alcolea y Álamo fueron los encargados de portar la cesta floral que depositaron ante la Virgen, bajo la atenta mirada del presidente del club, Christian Lapetra. La Basílica, abarrotada de público, quedó en silencio para escuchar a Alcolea solicitar su intercesión para que la temporada que ya ha comenzado. "En esta ofrenda va la firme promesa de que todos, cada uno en el puesto que nos corresponde, nos esforzaremos por estar a la altura que exigen las especiales circunstancias. Y haremos todo lo que de nosotros dependa para que se cumplan las enormes expectativas que anidan en nuestros corazones. Ayúdanos en esta hora grave para que se haga realidad el sueño por todos compartido de colocar a nuestro Real Zaragoza en el lugar que le corresponde", leyó el canterano.


Tras la breve plegaria, el capellán del Real Zaragoza, Juan Antonio Gracia, acompañado del canónigo Ignacio Sebastián Ruiz, pronunció unas palabras cargadas de contenido. "Todos los que amamos el fútbol tenemos que felicitarnos de que hayamos llegado a este momento sanos y salvos. Esta debe de ser la hora de la gran esperanza. Vosotros, jugadores, sois el cimiento del sueño llamado Real Zaragoza, todos tenemos un sueño. Y tenéis que ser, con vuestro esfuerzo que habéis prometido a la Virgen, los hacedores de este edificio en el que todos soñamos".


Tras la ceremonia, austera y sin infanticos, la comitiva del Real Zaragoza se encaminó al Ayuntamiento para recibir el respaldo institucional. Un breve paseo bajo un sol de justicia y el calor del hincha en busca de una fotografía. "El sábado no faltará Uruguay en la grada", animaba un fan a Diogo, que estampaba su firma en una camiseta. "Volver al Pilar me trae muy buenos recuerdos, como mi anterior estancia en Zaragoza", reconocía el lateral de Montevideo.


Ausente el principal edil, Juan Alberto Belloch, la alcaldesa en funciones Lola Ranera ejerció de anfitriona para transmitir la "ilusión, pasión y ganas de volcarse con el club" de la ciudad. El máximo responsable de la entidad, Christian Lapetra, afirmó que perciben "la esperanza del zaragocismo", y animó a las instituciones a que "caminen con él". "Se les abre la oportunidad de sumarse a nuestra campaña de abonados: sí soy del Real Zaragoza. Ese camino se asfalta con la ayuda de todos", concluyó.