El efecto gaseosa de Víctor Muñoz parece haber finalizado para el Zaragoza

El efecto revulsivo del técnico se empieza a disipar con el paso de las jornadas.

Víctor Muñoz, en rueda de prensa.
Víctor Muñoz ve un cambio de actitud en el equipo

La llegada de Víctor Muñoz al banquillo del Real Zaragoza pareció surtir el efecto revulsivo que se buscaba para evitar el peligro de acercarse a los puestos de descenso a Segunda B, pero siete jornadas después su efecto gaseosa empieza a disiparse.


Víctor Muñoz regresó al equipo aragonés el pasado 19 de marzo para sustituir al catalán Paco Herrera, cuando éste ya parecía haber extraviado el rumbo de la nave zaragocista, y tras una primera derrota ante el ahora líder Deportivo, empezó a buscar los resortes para hacer reaccionar a sus jugadores.


No obstante, el técnico zaragozano no asumió confundido las riendas del equipo de sus comienzos futbolísticos, porque siempre ha antepuesto como primera referencia el alcanzar los alrededor de 50 puntos que estadísticamente aparecen como necesarios para asegurarse la continuidad en la categoría de plata del fútbol español.


Los cuatro siguientes enfrentamientos los saldó con la denominada 'media inglesa' de empatar como visitante y ganar en casa que le dieron ocho puntos que invirtieron la curva decreciente que marcaba la trayectoria zaragocista y se pasó a ver más cerca los puestos de promoción de ascenso que el descenso.


En sus salidas empataron ante el Alavés y el Numancia, en ambos casos encajando dos goles en cada encuentro, mientras que en La Romareda se reencontró con la victoria por la mínima (1-0) ante un Eibar que llegó como líder y un Real Jaén que se marcó el gol de la derrota en propia puerta.


La rampa de despegue definitiva que parecía estar en tierras gerundenses con la visita al Girona en Montilivi comenzó a extraviarse con una clara derrota en la que de nuevo volvió a recibir dos goles en contra, aunque su juego en ninguno de los encuentros triunfales anteriores había sido brillante.


Antes de enfrentarse a Las Palmas ya dio el aviso de que era el partido que iba a marcar hacia donde debían mirar en la recta y en poco más de diez minutos de partido quedó claro que todo conducía hacia la derrota y a ser la permanencia el faro a seguir en las cinco jornadas que restan por disputar.


Víctor Muñoz le ha dado algunas vueltas a un plantilla demasiado justa, con tan solo dieciocho hombres en el primer equipo al que se unen algunos componentes del filial, en busca de optimizar su rendimiento pero ni lo ha conseguido ni tampoco ha podido repetir hasta el momento alineación tanto por los diferentes problemas físicos sufridos como por las sanciones de algunos jugadores.


Con cinco partidos por delante, el Real Zaragoza busca la permanencia deportiva en la categoría de plata en la que desde los años 50 del siglo pasado no ha estado nunca más de una temporada seguida antes de regresar a la elite.


La salvación económica es otro de los graves problemas que acechan a los dirigentes maños y a su accionista mayoritario, Agapito Iglesias, quien por sus problemas con la justicia por el denominado caso Plaza está intentando vender su participación en una entidad envuelta en una enmarañada red de empresas interpuestas que hacen muy complicado hallar una solución positiva para todas las partes.