Volver a cambiar

El técnico del Real Zaragoza, Víctor Muñoz, no logra dar continuidad a un bloque fijo de jugadores.

Víctor celebra un gol frente al Tenerife, que acabó 3-0.
Sufrir para ganar

Con seis partidos a sus espaldas –dos triunfos, dos empates y dos derrotas- y cuando quedan otros seis por jugarse, Víctor Muñoz no consigue acabar de dar forma al Real Zaragoza. Con una plantilla muy ajustada en cuanto a número, las bajas por lesiones y sanciones han condicionado el trabajo del técnico, que no puede dar una forma sólida y coherente a la escuadra blanquilla.


La situación que se perfila para este domingo no es sencilla. Víctor Muñoz pierde a sus dos estiletes, a Roger y a Henríquez, por lo que deberá ubicar en punta a un hombre que lleva la etiqueta de ‘9’ puro, o echar mano de los canteranos. Juan Esnáider y Diego Suárez podrían convertirse en recursos de emergencia.


Sin embargo, el problema para el técnico se ha hecho crónico. Y eso que sólo lleva media docena de partidos en el banquillo zaragocista -en donde no se sentará este domingo por sanción-. Primero ejerció la opción de adelantar a César Arzo para darle jerarquía en el equipo, para convertirlo en motor y alternativa para jugar la pelota desde atrás. Al margen del problema que su nueva posición genera en la retaguardia, el castellonense se perdió por sanción los partidos ante el Alavés y el Numancia.


Por eso, la medular ha sido un foco de problemas, con entradas y salidas de Paglialunga –que ha desaparecido del equipo-, Barkero y Cidoncha. Y más adelante, Víctor ha probado con Javi Álamo, Víctor Rodríguez y Henríquez. Han sido fijos tanto Luis García como Montañés y Roger, por más que el valenciano se vaya a perder el duelo ante la Unión Deportiva Las Palmas.


Tampoco tiene clara la línea defensiva: ni en los laterales, en donde ha dado entrada a Cortés, Fernández, Rico y Abraham; ni en la solidez de Álvaro y Laguardia en el centro, por más que hayan sido fijos en todos los partidos. Leo Franco ha sido también fijo en todos los encuentros.


El técnico inicia cada semana condicionado por las circunstancias que habitualmente merman la capacidad del equipo en sus distintas líneas. Y así, en cada partido, al margen de las condiciones de su rival, ha de esforzarse por dar forma a un equipo cambiante cada fin de semana, con el que ha de trabajar de forma específica en muchos aspectos a lo largo de la semana.


Con la llegada de Víctor Muñoz, el equipo ha ganado en tranquilidad; el técnico puede centrarse en trabajar cada encuentro, aislado ya de las cuestiones extradeportivas que han zarandeado a la entidad durante la mayor parte de la temporada. A cambio, sufre la permanente dificultad de confeccionar un once al que no puede dar continuidad de jornada a jornada.


Este domingo, a las 12.00, la formación aragonesa recibe a la Unión Deportiva Las Palmas. En busca de una imagen… y de un objetivo para el tramo final.


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