Esnáider, el gol de Poulidor

La presencia de Juan Esnáider en la lista obliga a recuperar una gran gesta de su padre.

Nayim sostiene la foto en la que Esnáider celebra el primer gol en París
Esnáider, el gol de Poulidor

Al noble Pou-Pou, Raymond Poulidor -lo mismo que después les pasaría a Chiappucci, Bugno o a la retahíla de rivales que se enfrentaron a Induráin- se lo tragó la leyenda de un monstruo: Eddy Merckx. El genial ciclista francés, héroe en su país, admirado por su incombustible capacidad de lucha y eterno perdedor hubo de compartir espacio en la historia con tal vez el mejor ciclista de todos los tiempos. Y así, sus gestas quedaron empequeñecidas por la voracidad del Caníbal.


Es, sin duda, un planteamiento similar el que rodea de oscuridad el histórico gol de Esnáider para el Real Zaragoza en París, la mágica noche del 10 de mayo de 1995, frente al Arsenal. Se trata, sin duda, del más importante tanto marcado por el ariete. Y su ejecución reúne técnica, potencia, plasticidad... Un gol de maestro, sin rivalidad en cualquier ránking.


Pero que queda ensombrecido ante la genialidad de la imaginación hecha gol : esa imposible parábola de Nayim que convirtió el tanto de Esnáider en un gol de Poulidor .