Real Zaragoza

La semana de la Junta

La antesala de otro duelo trascendente, con el Murcia, queda marcado por una Junta General en la que se mostraron los horrores internos del Real Zaragoza.

Junta General del Real Zaragoza
La semana de la Junta

Afronta este domingo el Real Zaragoza otro partido fundamental en su reto de ubicarse en la zona noble de Segunda. Su cita deportiva, ya en el disparadero, ha estado marcada, sin embargo, por el desarrollo de esa extraña Junta General Ordinaria. Singulares y atípicas suelen ser siempre las reuniones de los accionistas de la sociedad. La presencia de Agapito Iglesias y la posibilidad de encararse con él desde las posiciones más críticas han creado un caldo de cultivo ideal para la confrontación dialéctica; por más que la abrumadora mayoría del soriano impida cualquier cambio en el gobierno de la nave blanquilla.


Este año, sin embargo, la Junta daba un paso más; aportaba de forma oficial esa sensación de descomposición institucional que rodea al club. No se atrevieron a acudir ante un pequeño puñado de accionistas críticos ni el propietario –que lleva sin aparecer hace ya un año- ni el presidente, Fernando Molinos, que ha desgastado en año y medio el respeto, prestigio y admiración de la inmensa mayoría de la parroquia zaragocista.


La asamblea deja un regusto terrible, una estela desoladora. Brindó el encuentro la imagen de un pequeño grupo de empleados fieles que tratan de aguantar la vela de un Real Zaragoza oficial en el que nadie cree; a su vera, un vendaval de desaliento de un zaragocismo que ya no sabe qué hacer, qué camino se puede emprender para reflotar una nave queridísima que se hunde sin remedio.


Manejando el espectáculo, a cientos de kilómetros, el propietario, Agapito Iglesias; y observándolo –sin pudor- quienes idearon un bárbaro asalto político al Real Zaragoza –el Gobierno de Marcelino Iglesias-. Aquel absurdo proyecto, del que quisieron sacar provecho, sufre hoy la huella terrible de todo lo que queda tocado por el interés político.


Una semana de Junta; una semana terrible.