Real Zaragoza

La agonía de Paco Herrera

El entrenador deshace las horas esperando una lógica destitución y viendo cómo sus jugadores no han sido capaces de tenderle una mano en el momento más delicado.

PAco Herrera, entrenador del Real Zaragoza, da indicaciones en un partido
La agonía de Paco Herrera

Después de 655 kilómetros en autocar desde Jaén, ya en Zaragoza, Paco Herrera -todavía entrenador del Real Zaragoza- no podrá dormir pensando qué sentido tiene su trabajo en la entidad blanquilla. Tras el ultimátum de la semana pasada, tras la delirante trayectoria del equipo -2 puntos de 15 posibles-, tras la lamentable imagen en Jaén -3-0 ante un recién ascendido-, el entrenador catalán sabe que su futuro al frente del equipo se ha escapado de las manos.


Nada más finalizar el encuentro de Jaén, Moisés García León, secretario técnico, explicaba que necesitaban tomarse un tiempo para adoptar la decisión adecuada para el futuro de la formación: "Estamos preocupados por la situación del equipo. Pero ahora, en caliente, no es momento de tomar decisiones. Vamos a dejar pasar las horas, vamos a reflexionar sobre todo lo que ha pasado durante lo que va de temporada y, en frío, recapacitaremos y decidiéremos. Pero, insisto, hay preocupación dentro del club".


Surge de momento una cuestión de relevancia: ¿cuál es el papel de Moisés? ¿Tiene alguna capacidad de maniobra en el entramado tejido por Agapito Iglesias y Jesús García Pitarch? Seguramente, habrá que esperar a que regrese el director general de Sudamérica, que da la impresión de que no ha elegido el mejor momento para cruzar el Atlántico. ¿O no se imaginaba que podía producirse una derrota en el estadio de La Victoria?


La ausencia del director general en un momento tan delicado contribuye a transmitir esa sensación de inestabilidad en la parece pervivir el Real Zaragoza de forma permanente. Sin García Pitarch -o tal vez, incluso, con él-, no queda nada claro el papel que desempaña la representación institucional que viajó la ciudad andaluza: Moisés, Checa y Cuartero, junto a Bruixola.


Si las preguntas se suceden en cuanto a la decisión de la directiva, no son menores las cuestiones que se planea el técnico respecto a la actuación de su plantilla en el estadio de La Victoria. Es más que significativo ese '0' colectivo con el que el Heraldo calificó la actuación de cada uno de los jugadores que saltaron al terreno de juego. Que sabían ?como todos- que estaba en juego la cabeza de su propio entrenador.


La imagen terrible brindada por el Real Zaragoza es un puñal en el alma del zaragocismo. Pero da la impresión de que los jugadores no son conscientes de la trascendencia de lo que hay en juego detrás de cada partido que disputa el conjunto aragonés. El sábado se rompió el corazón de cientos de miles de zaragocistas, incapaces de entender quién le ha quitado el alma a ese equipo fantasmagórico que deambula sin sentido por los terrenos de juego.


La decisión será, seguramente, la destitución de Paco Herrera. Como casi siempre en los tiempos de Agapito Iglesias, todo se rompe por la persona que era capaz de aunar a los seguidores blanquillos; la imagen más reconocible del Real Zaragoza; el sostén de la causa blanquilla.


Su despedida -bien ahora, bien dentro de unas semanas a no ser que se estire la prórroga y se produzca una inesperada reacción- será un paso más de este Real Zaragoza a esa ninguna parte a la que parece que alguien quiere llevarlo?