FÚTBOL BASE

"El racismo en el fútbol se combate con sanciones ejemplares"

Atlético Escalerillas, Ranillas y El Gancho son tres de los equipos aragoneses que mayor multiculturalidad aúnan en sus plantillas.

Un equipo juvenil y otro infantil del Atlético Escalerillas posan en el terreno de juego antes de comenzar un entrenamiento.
Un equipo juvenil y otro infantil del Atlético Escalerillas posan en el terreno de juego antes de comenzar un entrenamiento.
Ruben Losada/FotografiArte

Yassir Karma Louchahi, Juan Amadeo Oyono Esono Nchama, Haroun Moussaoui Giménez y Nabil Madad El Maskini son solo cuatro de los miles de chavales que cada fin de semana disfrutan por los campos aragoneses de algo tan simple como jugar al fútbol. Porque lo verdaderamente difícil es hacerlo bien. Los cuatro compiten en Primera Juvenil en las filas del Atlético Escalerillas, una de las entidades que mayor multiculturalidad reúne en sus plantillas.

Marruecos, Guinea Ecuatorial, Arabia, Colombia o Venezuela son algunas de las nacionalidades representadas a diario en los entrenamientos de este club situado en el barrio Oliver. Sus jugadores son completos desconocidos que viven realidades opuestas a las de Vinicius, estrella mundial del Real Madrid, o Cheikh Sarr, portero del Rayo Majadahonda que esta semana ha copado todas las portadas tras sufrir un deleznable episodio racista en Sestao (Vizcaya).

Sin embargo, pese a situarse lejados de los focos, estos casos ocurren también en el humilde fútbol aragonés. Eso sí, tal y como reconocen sus protagonistas, cada vez son menos. «Nosotros, desgraciadamente, sabemos lo que es vivir un episodio de racismo. En Zuera, hace unos días, nos planteamos irnos del partido después de que a un jugador le dijeran ‘negro de mierda, eres malísimo’», explica Álvaro Millán, entrenador del Primera Juvenil del Escalerillas.

El técnico lamenta que estas «situaciones injustas» dejan «desamparadas» a las víctimas, tal y como ha comprobado las «dos o tres veces» que le ha ocurrido esta temporada. «El racismo en el fútbol no es un hecho aislado. No es justificable que los chavales se encaren con el infractor, pero lo puedes entender. Cuando un chico te viene llorando porque le han hecho el gesto del mono, yo me lo creo», afirma.

En su caso, Millán intenta trabajar individualmente con sus jugadores un problema que considera «muy grave». «No todos los chavales reaccionan igual, algunos son más calmados y lo llevan por dentro. A todos les pido que tengan la cabeza fría y se centren en disfrutar del fútbol, que no hagan caso a lo que escuchan desde la grada», explica.

Tres jugadores del Escalerillas, durante un entrenamiento.
Tres jugadores del Escalerillas, durante un entrenamiento.
Ruben Losada/FotografiArte

Una teoría que intenta aplicar también su compañero Daniel Orte, responsable del equipo que milita en Tercera Infantil. «Entreno a chicos negros, musulmanes, gitanos... Somos un grupo muy heterogéneo. En nuestro caso, afortunadamente, no hemos tenido ningún caso grave de racismo», señala el técnico, que cuenta con 22 futbolistas en una plantilla donde apenas siete integrantes son «de padre y madre español».

«Nosotros no comprendemos que haya discriminación por raza, religión o cualquier otro asunto similar.Pedimos a los chicos que no entren en provocaciones, que fluyan. Porque lo más importante es la prevención y la concienciación. Hoy en día, ¿en qué equipo no hay un chico de otro país? Lamentablemente, casos de racismo siguen existiendo, pero deben ser sancionados con castigos ejemplares», considera Orte.

A su juicio, la sociedad aragonesa cada vez está «más concienciada» en esta materia. «En partidos de benjamines se escuchan insultos a críos muy pequeños, incluso a los árbitros que son de raza negra. Pero, por suerte, los niños parece que están cada vez mejor educados para que esto no ocurra», sintetiza.

La plantilla del Escalerillas cuenta con multitud de culturas entre sus jugadores.
La plantilla del Escalerillas cuenta con multitud de culturas entre sus jugadores.
Ruben Losada/FotografiArte

El Ranillas y El Gancho

Otros dos de los muchos equipos multiculturales que cada fin de semana compiten en Aragón son el Atlético Ranillas y El Gancho. El primero, también fue víctima este curso de «un par de casos aislados» en categoría juvenil. «Fueron insultos racistas directamente a un jugador, que protagonizó un enfrentamiento con la grada. Nosotros apercibimos y hablamos con el jugador, pero también me consta que se ha prohibido la entrada a las personas que profirieron esos insultos», apunta Jorge Pérez, coordinador del Ranillas.

Él considera que, pese a que «por desgracia todavía existen estos casos», la «mano dura» y la «concienciación» son vitales para erradicar esta lacra. «Los equipos, los entrenadores, estamos todos juntos en esto, las sanciones deben ser ejemplarizantes para que no se vuelvan a repetir», considera.

En la misma línea, el secretario de El Gancho, Alejandro Álvarez, apuesta por la tolerancia cero con los racistas. «En nuestros equipos hay futbolistas marroquíes, nicaragüenses, ecuatorianos... Afortunadamente, no hemos tenido ningún episodio grave. Si lo detectamos, hablamos con la persona para que cese en su actitud. Si persiste, no queda otra que sacarlo de la instalación, pero en ese sentido estamos un poco desprotegidos. Muchas veces, si alguno se te revuelve, te juegas una agresión», lamenta.

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