Las escaleras del estadio Rey Fahd de Riad, capital de Arabia Saudí, sirvieron de grada improvisada para acoger al gran número de aficionados que, la mayoría, sin entrada o con ella pero en una altura superior, se agolparon a última hora en los accesos para presenciar el clásico de la Supercopa de España.

25 minutos antes de que diera comienzo el encuentro hubo problemas en las puertas de acceso a la grada por el gran número de gente agolpada que intentaba hacerse un hueco para ver el Real Madrid-Barcelona, formando una montonera ante la que la seguridad no tuvo manera de frenar.

Con todas las entradas vendidas para el primer clásico en una final en Arabia Saudí, ya se enfrentaron la pasada temporada, pero en semifinales, la alta demanda de entradas acabó por provocar que se colapsasen la mayoría de escaleras que dan acceso a las gradas, e incluso miembros de la organización dieron entrada a algunos aficionados a los sitios reservados para la prensa que quedaban libres. Un intento inútil el de liberar unas escaleras de acceso y salida que quedaron inutilizadas para ello ante los aficionados que lograron acceder al estadio sin entrada.