Locura y caos en la celebración del Mundial en Argentina: los jugadores terminan su caravana en helicóptero

Cuatro millones de argentinos han colapsado Buenos Aires para rendir tributo a los campeones de Catar 2022.

Soccer Football - FIFA World Cup Qatar 2022 - Argentina Victory Parade after winning the World Cup - Buenos Aires, Argentina - December 20, 2022 A fan waves the flag of Argentina on top of the Obelisco during the victory parade REUTERS/Agustin Marcarian SOCCER-WORLDCUP-ARG/
Los jugadores de la selección argentina celebran el título en las calles de Buenos Aires
GONZALO COLINI

La selección argentina finalizó su caravana en helicóptero y regresó al recinto deportivo de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) ubicado en Ezeiza, en la provincia de Buenos Aires, después de interrumpir su trayecto en un autobús descapotable por las aglomeraciones en el recorrido.

El vehículo que trasladaba al combinado dirigido por Lionel Scaloni partió poco antes de las 15.30 desde el predio de la AFA y tomó la avenida Riccheri rumbo a la ciudad de Buenos Aires, en donde cientos de miles de personas esperaban la llegada de la Albiceleste.

Después de cuatro horas y media de travesía, el autobús solo recorrió unos 15 kilómetros de autopista y tomó un desvío en la avenida Larrazábal, en el barrio porteño de Villa Lugano (suroeste de la ciudad), luego de que dos aficionados saltaran al vehículo desde un puente.

Varios helicópteros de Prefectura Naval recogieron posteriormente a los futbolistas e iniciaron un recorrido aéreo por el centro de la capital, entre las ovaciones de los aficionados que, desde la avenida 9 de Julio y las calles aledañas, llevaban más de diez horas esperando a sus ídolos.

"No nos dejan llegar a saludar a toda la gente que estaba en el Obelisco, los mismos organismos de seguridad que nos escoltaban no nos permiten avanzar. Mil disculpas en nombre de todos los jugadores campeones. Una pena", aseguró el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Claudio "Chiqui" Tapia, en un mensaje publicado en su cuenta de Twitter a las 19.53.

"Agradecemos a la provincia de Buenos Aires, encabezada por su ministro de Seguridad, Sergio Berni, que fue el único que acompañó durante toda el recorrido hasta la entrada a la capital sin registrar ningún incidente, permitiendo a los jugadores abrazarse al pueblo argentino", manifestó Tapia en un tuit posterior.

La Albiceleste puso de esta forma punto final a un periplo caótico, marcado por los continuos cambios de itinerario y por la confusión generalizada de los aficionados que estaban en las calles.

Lo inefable no se razona

Sobra cualquier intento de explicación porque lo inefable no se razona, simplemente se vive: un país entero ha sido poseído este martes por una

Dos aviones de la Fuerza Aérea de Argentina sobrevuelan una autopista colapsada de humanidad uniformada con los colores de su bandera. Cuatro millones de argentinos han colapsado Buenos Aires para rendir tributo a los campeones de Catar 2022. 

Si el domingo, cuando la 'Scaloneta' selló su epopeya mundialista y sumó una estrella a su emblema, Argentina celebró de un modo hasta entonces inédito, lo de este martes es ver para creer.

Cientos de automóviles se apostaron desde la noche de este lunes a la vera de la carretera por donde se preveía que pasaría el bus con los capitaneados por Leo Messi.

Otras miles y miles de personas montaron vigilia en los alrededores del Obelisco, en pleno centro capitalino, también esperando el paso de la caravana albiceleste por la Avenida 9 de Julio.

Pero, entre la marea humana que literalmente bloqueó la catalogada como la avenida más ancha del mundo y la imprevisión del operativo, el itinerario de la caravana ha ido cambiando una y otra vez a lo largo de las horas, obligando a los hinchas a desplazarse a otros puntos de la ciudad en una apuesta no segura para ver a los jugadores.

Unos miles se fueron a la Plaza de Mayo, escenario usual de manifestaciones, con la esperanza de que la selección se acercara hasta la Casa Rosada, sede del Ejecutivo argentino.

La Policía, que no pocas veces protagoniza enfrentamientos con los manifestantes en los días de protestas, esta vez activó los camiones lanza agua, no para dispersar a la gente, sino para refrescarla en una jornada de sol pleno y calor.

Otros miles se desplazaron hacia la autopista de acceso a Buenos Aires que desemboca en la Avenida 9 de Julio, también con la ilusión de ver pasar a la 'Scaloneta' por allí. Y al final terminaron subiéndose a la autopista, colapsando también una de las vías clave en el itinerario inicialmente programado.

Ya entrada la tarde, el bus de la selección, que partió antes de las 11.30 horas (14.30 GMT) del predio de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) en la localidad bonaerense de Ezeiza, avanza a paso de hombre y aún ingresó en territorio capitalino.

Allí esperan en las calles más personas que los 3 millones de habitantes de Buenos Aires, una ciudad donde ya no funciona ni el metro ni se respira otra cosa que no sea pasión futbolera.

Las postales del fanatismo se repiten como en un caleidoscopio digno del realismo mágico.

Gente montada por horas en semáforos y luminarias púbicas. Niños que nunca habían vivido eso de ser campeón mundial brincando sin parar. Y hasta hinchas que ingresaron al Obelisco por la fuerza y subieron sus 206 escalones hasta la cima para ver el espectáculo mundialista desde 67,5 metros de altura.

Cuando un extranjero pregunta a un argentino por las rarezas económicas, políticas y sociales, del país suramericano, la mayoría de las veces es difícil obtener una explicación razonable. Y solo recibe por respuesta: "Argentina... no lo entenderías". 

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