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Víctor Bravo: "Las experiencias del fútbol me valen mucho para mi vida laboral"

El nuevo entrenador del Teruel llegó a jugar en el Atlético de Madrid y ahora gestiona una correduría.

Con este optimismo divisa el futuro Víctor Bravo.
Con este optimismo divisa el futuro Víctor Bravo.
Oliver Duch

El Teruel tiene nuevo entrenador. El aragonés Víctor Bravo, que debutara como futbolista en el primer equipo del Atlético de Madrid, asume ahora la gestión deportiva del club de Pinilla. Esta es la perspectiva de un hombre que conoció la élite sobre el fútbol aragonés de la Tercera División.

El pasado domingo debutó, pero no debutó.

Sumamos los tres primeros puntos, y eso que no jugamos (sonríe). Hablando en serio, fue muy triste la incomparecencia del San Juan. Me duele por el San Juan. A mí me gusta ganar los partidos en el campo. Como Teruel estaba en fase 2, íbamos a jugar en Zaragoza, en el estadio Pedro Sancho. Pero al final no hubo partido.

Un hombre que casi nunca estaba en el banquillo ahora lo ocupa como entrenador.

Ya tengo 37 años, pero pretendía seguir jugando, porque me encanta el fútbol. Tuve una lesión muy grave el pasado 9 de enero en un entrenamiento. Me rompí el ligamento cruzado de la rodilla y dos meniscos. El equipo iba bien, pero no ascendimos a Segunda B. Acabada la temporada, la directiva y el director deportivo, Fran Gracia, me ofrecieron el cargo de entrenador. Fran me dijo que me veía como entrenador por el respeto que me tienen los compañeros.

¿Y usted cómo se ve?

Esto de hablar de mí mismo… Solo le digo que estoy muy orgulloso y responsabilizado. Es mi primera experiencia como entrenador, y en un club de este nivel, en una capital de provincia. Estoy muy ilusionado, mucho.

Todavía recuerdo su debut con el Atlético de Madrid. Fue ante el Real Zaragoza en el estadio Vicente Calderón.

Yo también lo recuerdo. Ganó el Zaragoza 0-1, con un gol de Óscar al final del partido.

Recuerdo que Piqué fue reserva con el Zaragoza de Víctor Fernández. Y que el mejor sobre el campo ese día fue el número 45 de Atlético de Madrid: usted.

El número 45 lo decía todo. Era un chaval. Y ahí me vi junto a Fernando Torres, Kun Agüero, Maniche, Costinha… Nos entrenaba Javier Aguirre. Siempre le estaré agradecido al entrenador que me hizo debutar.

¿Qué pasó? ¿Por qué no tuvo continuidad un jugador de tanta calidad como usted?

Quizá no estaba tan centrado como debería haber estado. Era muy joven.

Antes, le había fichado el Barça juvenil.

Y casi el Real Madrid…

¿En serio?

En serio. Estaba jugando en Zaragoza, en el Stadium Casablanca, y me llamó el Real Madrid. Fui a Madrid con mi padre y mi representante, Eugenio García, y, en el mismo instante en que estaba llegando a Madrid en el AVE, me llamó Migueli para ficharme por el Barça.

¿El mítico Tarzán Migueli?

El mismo. Estuve en Chamartín, incluso me enseñaron la universidad en que iba a estudiar en Madrid; pero les dije que me lo tenía que pensar. Reconozco que mi padre y yo somos muy del Barça. De Madrid viajamos rápidamente a Barcelona. Nos enseñaron el Camp Nou, la Masía. Y ahí me quedé. Después pasé por el Calahorra, Huesca, Burgos, Atlético de Madrid, Universidad de Las Palmas, Mérida, Pontevedra, Melilla y Tenerife. Con el Tenerife incluso jugamos el ‘play off’ de ascenso. Me llamó el Huesca en Segunda A.

¿Y?

Acabé en el Tudelano. Y luego, en el Ebro y finalmente en el Teruel. Hasta que llegó la lesión. Y ahora, a dar todo lo que pueda como entrenador.

¿Se le ve muy feliz?

Lo estoy. El fútbol es mi vida. Me ha dado mucho: amigos de verdad, muchas relaciones, disciplina, salud. También me ha enseñado a competir. Las experiencias me han valido y me valen mucho en mi vida laboral. Además de entrenar, gestiono una correduría de seguros. E, insisto, el fútbol es mi vida.

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