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Reyes y Zaragoza siempre irán de la mano en la historia del desafortunado jugador

El delantero internacional andaluz, fallecido en accidente de tráfico este sábado, debutó como profesional con 16 años el 30 de enero de 2000... en La Romareda. Es el más joven en hacerlo en toda la trayectoria del Sevilla.

José Antonio Reyes, con 16 años, en el momento exacto de su debut con el equipo profesional del Sevilla: en La Romareda, ante el Real Zaragoza, el 30 de enero de 2000. Ganaron los aragoneses 2-1.
José Antonio Reyes, con 16 años, en el momento exacto de su debut con el equipo profesional del Sevilla: en La Romareda, ante el Real Zaragoza, el 30 de enero de 2000, supliendo a Nando en el minuto 86. Ganaron los aragoneses 2-1.
Carlos Moncín/Heraldo

Se ha muerto Reyes. Un jugador referencial en el fútbol español de las primeras dos décadas del siglo XXI. Un accidente de tráfico se lo ha llevado con 35 años, cuando volvía de Almendralejo (Badajoz) a su casa en Utrera (Sevilla), después de entrenarse con el Extremadura, su club actual, al que ha ayudado a salvarse del descenso y a seguir un año más en el fútbol de élite, en Segunda División. 

Reyes fue uno de los primeros brotes de calidad sobresaliente que llevó a España de una larga fase de aspirantazgo sin concretar en las grandes citas (Eurocopas y Mundiales) a convertirse en una potencia capaz de ser campeona de todo. El sevillano abrió camino, con otros cuantos que luego armaron la selección culminante de 2008, 2010 y 2012, el cuatrienio de oro de la historia del balompié nacional. Él se quedó en el Mundial de Alemania, ante Francia en octavos de final (siempre octavos, siempre cuartos), pero fue de las llaves que abrieron la puerta para lo que aguardaba a continuación. Un tipo referencial. Un paradigma de estilo. Un cromosoma de la España posterior, la enorme, la excelsa, la imbatible, la ganadora. 

Y, en la historia personal de Reyes, un chaval precoz en lo suyo, con un puesto de honor en las efemérides de su casa, el Sevilla FC, Zaragoza tiene un lugar preferencial. Y siempre lo tendrá. El estadio de La Romareda era para Reyes un templo de inolvidables recuerdos.

Porque Reyes, que es el jugador más joven en debutar en Primera División con el primer equipo sevillista en toda su historia, con 16 años y 4 meses largos, lo hizo en Zaragoza, en La Romareda. Fue el 30 de enero de 2000. Un partido que ganaron los aragoneses por 2-1. El entrenador del Sevilla, que era el exzaragocista Marcos Alonso, relevó en el minuto 86 al lateral Nando por el juvenil (en edad cadete) José Antonio Reyes, que disputó los últimos 4 minutos de juego reglamentarios más otros 3 del alargue. 

La Romareda, Zaragoza, fue su bautismo. Y nunca lo olvidó. En infinidad de entrevistas, de charlas con Reyes, esos dos lugares siempre salieron a colación. Como para olvidarlos. Mucho más, siendo un niño, como demuestran las fotos de ese día (la de HERALDO que acompaña esta información es cristalina).

Por este curioso hecho, la vida deportiva de Reyes tiene este punto en común con otros dos internacionales de tronío de aquella época del fútbol español, compañeros suyos en la selección: los madridistas Raúl González y Alfonso Pérez. Los dos delanteros merengues también se estrenaron en La Romareda y tuvieron en Zaragoza su hito de arranque profesional con edades menores. Alfonso, incluso marcando un gol. 

Sirva este recuerdo histórico, lamentablemente traído a la actualidad por la prematura muerte de Reyes en una autovía de su comarca (junto a dos familiares que le acompañaban), como homenaje sentido desde tierras aragonesas hacia un futbolista sobresaliente del fútbol contemporáneo, de esos que dejan huella. 

En el ámbito aún más personal, quien firma esta pieza sigue impresionado por la noticia, toda vez que pudo charlar con Reyes hace solo 20 días en la entrada del estadio Francisco de la Hera de Almendralejo, a las 4 de una calurosa tarde primaveral, cuando el sevillano llegaba al vestuario para vestirse y enfrentarse al Real Zaragoza en un partido clave por la permanencia que ganarían después los aragoneses por 0-2 (Reyes jugó los últimos 13 minutos). El veterano futbolista andaluz dejó constancia de su talante y comprobó la admiración que la afición extremeña le tenía por militar en su modesto equipo. Un chaval, de no más de 7 años, portaba junto a sus padres y su hermana mayor una camiseta del Sevilla con el nombre de Reyes. El jugador aceptó una sesión de fotos con la familia y dejó con los ojos arrasados de emoción al joven seguidor infante cuando le firmó con rotulador negro en el pecho derecho la camisola blanca con pintas rojas del club sevillista. Esa será mi última imagen de Reyes en vida. Esa y su sonrisa de despedida rumbo a la puerta de las casetas tras asegurar que no iban a perder contra el Real Zaragoza. Ahí, el optimismo le falló. Como también lo hizo su coche, o la carretera, o la mecánica, o el destino, cuando volvía a casa este sábado desde Almendralejo hasta Utrera. Descansa en paz. En La Romareda siempre habrá un trocito tuyo.

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