Morés y su equipo de fútbol hacen historia

El último censo de Morés, un pueblo zaragozano situado a poco más de 70 kilómetros de la capital, recogía una población de 349 habitantes. Solo en la provincia de Zaragoza hay cerca de un centenar de localidades más pobladas. Sin embargo, Morés tiene este año un representante que pasea su nombre cada semana por lo alto y ancho de la comunidad aragonesa. Es su equipo de fútbol: el Club Deportivo Morés, que ascendió la pasada temporada a la Regional Preferente. Es el gran orgullo del pueblo y su motivo de reunión cada quince días.

Y no es para menos. La directiva del modesto equipo ha hecho un estudio que sitúa a Morés como la localidad más pequeña de España con un representante en las ligas de Regional Preferente. Ningún pueblo tiene un equipo en la cuarta categoría del fútbol nacional con una población más pequeña que la zaragozana. "Para nosotros es un motivo de orgullo tremendo. Estar donde estamos, con un pueblo de 350 personas, es un sueño", subraya José Luis Gregorio, presidente de la entidad.

La directiva es completamente del pueblo, empezando por el presidente, que trabaja en el Ayuntamiento. Eso sí, los jugadores son casi todos de fuera, la mayoría de localidades vecinas (Calatayud, Illueca, Brea o, incluso, Zaragoza). El entrenador, Rubén Muñoz, también es de Calatayud. Lleva tres temporadas y ha rechazado ofertas económicas superiores para continuar en la familia del Morés. Con un presupuesto cercano a los 25.000 euros -el más bajo de la categoría-, su mayor aval son sus socios, más de 160, lo que representa prácticamente a la mitad del pueblo.

"Los partidos que jugamos como locales son un acontecimiento. En Morés siempre ha habido fútbol y es un deporte que la gente lleva muy dentro. Para nosotros es muy emocionante que personas mayores que prácticamente no pueden andar, vengan cada quince días a ver a su equipo al campo del pueblo", explica Gregorio. "Se junta todo el mundo y es el acontecimiento del fin de semana", asegura.

El resto de los ingresos llegan a través de rifas, lotería de Navidad y pequeñas aportaciones de empresas de la zona. "Luego, donde no llega el club, llegamos los directivos", reconoce el presidente. Sin el soporte económico de la directiva, el proyecto en Preferente sería inviable.

El único campo de tierra

Además de la evidente rémora demográfica, el Club Deportivo Morés tiene que hacer frente a otro importante hándicap: su campo de tierra, el único que sobrevive en la Preferente aragonesa. "Algunos de los que nos visitan se quejan, pero los más perjudicados somos nosotros, que jugamos aquí cada quince días. Es el campo de toda la vida del pueblo y no podemos afrontar la inversión de construir otro de césped artificial, que cuesta unos 60.000 euros", relata Gregorio.

Terreno de juego del CD Morés.

Para evitar en la medida de lo posible el campo de tierra, el Morés entrena durante la semana en La Muela (se ejercita tres días) y una vez cada quincena lo hace en el recinto de tierra del pueblo. "Es el único que queda en todo Aragón, lo sabemos. Ojalá pudiéramos tener uno de césped, pero lo que no vamos a hacer son locuras económicas", afirma.

Después de cuatro jornadas, el Morés es noveno en el grupo II de la Preferente aragonesa con seis puntos tras dos victorias y dos derrotas. Le ganó al Cuarte 1-0 en el debut, perdió 1-0 en Teruel, volvió a vencer en casa al Alfindén (2-0) y este pasado fin de semana cayó en su visita al Andorra (1-0). Un inicio más que notable. "El domingo jugamos en Andorra, imagínate. Un equipo que ha jugado en Segunda División B. Dimos la cara y solo perdimos por un gol. Hicimos un más que digno partido", relata satisfecho el máximo responsable del proyecto. "Nuestro único objetivo es disfrutar y llevar orgullosos el nombre de nuestro pueblo por Aragón", agrega.

Todo ello bajo un lema futbolístico que el Morés hace extensivo a la vida cotidiana: el dinero no lo es todo. "El dinero no nos ha hecho llegar hasta aquí. No todo es dinero. Con ilusión y trabajo se pueden hacer muchas cosas. En el fútbol y en la vida".