Un fin de semana más, la violencia se ha convertido en la protagonista de los campos de fútbol españoles. En esta ocasión, ha habido dos agresiones en el terreno de juego, una en Madrid y otra en Barcelona. El primer caso, varios ultras de la RSD Alcalá saltaron la valla y se enfrentaron con jugadores y aficionados del equipo local. 

Los hechos se produjeron tras terminar el partido contra el CD San Fernando, del grupo 7 de Tercera División, en el estadio Santiago del Pino. El San Fernando marcó el gol de la victoria (2-1) en el último momento y como consecuencia de un penalti. Acto seguido, seguidores ultras del Alcalá se encaramaron a las vallas y terminaron saltando.

El Alcalá se jugaba clasificarse para los playoffs de ascenso y con este resultado prácticamente se queda fuera; mientras que el San Fernando evita cualquier problema con el descenso. La RSD Alcalá ya he emitido un comunicado en el que condena estos actos y pide perdón al equipo rival. 

En Barcelona, el protagonista fue un jugador de fútbol sala que asestó un puñetazo al árbitro del encuentro. Los hechos ocurrieron durante el partido que enfrentaba al Barceloneta y el Olímpyc Floresta. Después de que el colegiado pitara una falta, un futbolista fue a protestar la decisión del juez y le propinó un puñetazo que lo tiró al suelo.