España debuta de incógnito en la Eurocopa

El fracaso en Brasil y la convulsión por el 'caso De Gea' llenan de interrogantes el estreno.

España debuta en la Eurocopa con incógnitas
España debuta en la Eurocopa con incógnitas
Efe

La selección española se ha vestido de incógnito para debutar esta tarde en la Eurocopa en Toulouse frente a la República Checa (15:00 h). El varapalo sufrido en el Mundial de Brasil, del que aún no se ha recuperado del todo, los claroscuros en su juego y la convulsión en su cuartel general por la divulgación de una imposible implicación de David de Gea en un sumario de escándalos sexuales han colmado de interrogantes el estreno de los dobles campeones continentales.


Resulta muy complicado intuir la España que saltará al terreno de juego en su primer partido del torneo. Hay numerosas preguntas sin respuesta y Vicente del Bosque se muestra más hermético que nunca, refugiado en una ambigüedad inusual en él tanto en el dibujo que pondrá en escena ante los checos como en la identidad del portero titular, un debate latente que se ha desbocado tras el bombazo informativo en el paraíso de Saint Martin de Ré.


Llega la hora de la verdad y la expectación por el debut se nubla por una cierta ensoñación colectiva en La Roja, como si los propios internacionales y el cuerpo técnico también necesiten ver lo que ocurre para analizar con datos en la mano el escenario real en el que se mueven. Tropezar de inicio en esta competición abierta a 24 países penaliza menos que en la de 16 porque al clasificarse para octavos también los cuatro mejores terceros hay tiempo para recuperarse.


Pero el combinado nacional que ha dominado el fútbol continental desde 2008 no puede caer en este tipo de especulaciones previas. Sus jugadores saben mejor que nadie que un pinchazo o una mala imagen en Toulouse destaparía la caja de los truenos, les sumiría en un mar de dudas y les sometería a una presión asfixiante tras su regreso al retiro isleño. En Sudáfrica se perdió en el estreno y en Polonia y Ucrania se empató, pero los contextos eran muy distintos.


La insistencia de los jugadores en sus apariciones públicas en que es necesario olvidarse de lo que sucedió hace dos años en Salvador de Bahía, una humillación frente a Holanda (1-5) difícil de asimilar que a la postre resultó letal, deja a las claras el sumo respeto con el que encaran su estreno en la cita francesa.


Chequia no tiene ni de lejos el potencial de aquella selección neerlandesa, pero no preocupa tanto la entidad del contrincante como el propio rendimiento de España, capaz de superar con suficiencia a Bosnia (3-1), avasallar a Corea del Sur (6-1) y ofrecer la peor cara ante Georgia en el último amistoso de preparación. En el Coliseum Alfonso Pérez de Getafe se vio una España plana, previsible, lo último que puede ser una selección que basa su sistema y su eficacia precisamente en la imaginación y la rapidez en la circulación del balón. Algunos futbolistas llegaron a molestarse en el campo por problemas de desubicación.


El elemento distorsionador de la semana, la aparición del nombre de De Gea en una investigación de tinte sexual junto al de Iker Muniain, también puede tener consecuencias imprevisibles aunque haya sido arropado por sus compañeros y en el seno de la concentración se haya tratado de rebajar su efecto desestabilizador.


Si el meta del United es titular y lo hace bien se ensalzará su cabeza fría y su capacidad de abstracción después de varios días de pesadilla personal. Pero si lo hace mal pueden arreciar las críticas e incluso se cuestionaría si su estado anímico es el óptimo para asumir la complicada responsabilidad de defender la portería de España. Y si Del Bosque alineara a Casillas, algo improbable; y dejara a De Gea en el banquillo, la polémica estaría servida. La convulsión por tanto es patente porque, tome la decisión que tome el técnico salmantino, el debate que se ha querido evitar estará de nuevo en boca de todos.


Si el entrenador pone en liza lo que ha probado en la isla de Ré en las últimas horas, Juanfran (o Bellerín), Sergio Ramos, Piqué y Jordi Alba jugarán en defensa, con Busquets por delante con Iniesta y Cesc o Thiago (en principio el jugador del Chelsea parte con más opciones). Silva, Nolito y Morata completarían el 'once' ante los checos. Iniesta es ahora mismo el termómetro de La Roja y es el centrocampista llamado a marcar el compás del partido.


Su capacidad para romper líneas en un solo gesto y su fantasía en el último pase se antojan fundamentales para dar un paso adelante en el debut y empezar a sentar las bases del crecimiento con la mirada puesta en los próximos compromisos del grupo y en los teóricos cruces. El exceso de horizontalidad en el movimiento de la pelota, el pecado capital de la nueva España desde la fase de clasificación, debe desaparecer ya desde ante la República Checa para ganar autoestima.


La selección se entrenó ayer en el estadio de Toulouse en medio de una gran expectación. Antes de la sesión preparatoria, abierta a los medios durante quince minutos, comparecieron los capitanes, Sergio Ramos y Andrés Iniesta, quienes coincidieron en la importancia de empezar con buen pie la competición para afrontar "con una mayor tranquilidad" los próximos dos compromisos de la fase de grupos. Ambos jugadores resaltaron el "excelente ambiente" que se vive en el grupo y el central del Real Madrid subrayó que, desde el momento en que los internacionales se concentraron en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, "los escudos de los equipos de cada uno quedan a un lado" y todos reman en la misma dirección con el combinado nacional. La plantilla ya siente la necesidad de que el balón eche a rodar para sacudirse la rutina y saborear el dulzor o el amargor de la competición. Se acabó la espera.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión