En esencia, la Ley de Murphy, forma cómica y mayoritariamente ficticia de explicar los infortunios en todo tipo de ámbitos, subraya que si algo puede salir mal, saldrá mal. Ya saben, que si suena el teléfono de casa en el preciso instante en que tomas asiento en el excusado, que si pasa el autobús que llevabas horas esperando justo cuando te da por encender un cigarrillo, que si solo llueve a cántaros precisamente el día que llevaste el coche a lavar, que si dejó de llover nada más comprar el paraguas... El dichoso corolario lo apadrinan los agoreros y lo rebate abundantes principios sujetos a la racionalidad. Ayer se la jugaban el Mann Filter y el Energa Torun. En principio, las aragonesas eran potencialmente superiores. Pero con las polacas jugaba Lizanne Murphy. Sí, sí, con lo que se dirimía en el careo, y Murphy deambulando por el pabellón Siglo XXI... Y Murphy fue la máxima anotadora de la reunión, con 23 puntos. Sin embargo, su rendimento irregular (no anotó en 19 minutos de la segunda mitad), allanó el camino a la victoria a un Mann Filter globalmente superior y, sobre todo, dominador absoluto del juego interior, con una extraordinaria producción de Aneika Henry (17 puntos) y Jaklin Zlatanova (13).

El Mann Filter necesitaba remontar los ocho puntos adquiridos como renta por las polacas en la ida (87-79), pues el tercer equipo del grupo, el Sport Algés portugués, es manifiestamente inferior. Todo parecía sencillo en el inicio. El Energa Torun necesitó nueve lanzamientos para eleborar su primera canasta, 4 minutos y 26 de espera para borrar su cero inicial del electrónico. Las amarillas ofrecían mejores prestaciones en defensa que en un ataque demasiado espeso. Poco a poco se fueron soltando las polacas, alimentadas por Murphy. Firmó unos registros brillantes Murphy en los primeros 20 minutos: 4 de 5 en tiros de 2, 3 de 5 en tiros de 3 y 1 de 2 en libres. En total, 18 puntos, subrayados con dos triples consecutivos inmediatamente anteriores al meridiano (36-35). Lizanne Murphy era la ley.

Defendió con más intensidad el Mann Filter en la reanudación, cerrando los caminos a la velocidad de un Energa Torun estéril bajo el aro y totalmente negado desde la línea de los libres (hasta 7 errores en el tercer cuarto). Por fuera, a Murphy se le encogío la mano. Desapareció la protagonista de la crónica y las polacas quedaron desamparadas. Lanzado, el conjunto zaragozano superó con holgura el diferencial que precisaba. Con el partido sentenciado, con una distancia de seguridad insalvable para el Energa Torun, Murphy anotó los últimos cinco puntos después de haber desaparecido durante todo el segundo acto. A veces, Murphy también se equivoca... Murphy, Lizanne Murphy.