BALONMANO

Eliminatoria superada por convicción

Toño Cartón vuela hacia la portería del Trimo Trebnje, ayer en el Príncipe Felipe.
Eliminatoria superada por convicción
TONI GALÁN/A PHOTO AGENCY

Pocas veces el sonido del bocinazo final había significado tanto para los jugadores del CAI Balonmano Aragón. Ayer, cuando se selló la remontada sobre los valientes críos del RK Trimo Trebnje, se dio carpetazo final a una semana muy complicada, depresiva, que arrancó con el ridículo en Eslovenia y que tuvo su espinosa continuación en la peliaguda pista del Torrevieja. Por eso, la alegría de la plantilla naranja era mayúscula. Lógica, por tanto, la emocionada celebración, la piña, el alarido de "Aragón, ¡copón!" y los gestos propios de quien se ha desquitado, redimido.

 

La magia europea se trasladó en todo su esplendor a la grada. No se llegó a los 5.000 seguidores pretendidos (la EHF contabilizó 4.200), pero se demostró de nuevo que la importancia no reside siempre en que el número de aficionados sea abrumador, sino en que éstos sean portadores de ruido. Quizá, el notable ascenso de decibelios que registró el pabellón ayudó a que, por una vez, el arbitraje que encontró el CAI Aragón en su casa disputando la Copa EHF fuese europeo, o sea, más bien casero. De todos modos, la pareja de rubios colegiados suecos solo equilibró una balanza que había quedado desnivelada, también en este sentido, en el impropio escenario del partido de ida.

 

A contagiar la fiereza entre los aficionados ayudó, al margen del resultado, la actitud adoptada por los componentes del vestuario aragonés, cuya hipermotivación se hizo patente desde el calentamiento. Y eso que el CAI Aragón, que arrancó el encuentro asustando, hubo de batallar los certeros golpes de los eslovenos, que se mantuvieron con vida hasta el último minuto. Aunque se quedaron lejos de la cifra anotadora del enfrentamiento de ida, algunos de sus jugadores ofrecieron un notable repertorio de lanzamientos para batir a Malumbres: de cadera, en suspensión, en apoyo...

La rosca

Pero el mejor gol para la videoteca surgió de la zurda de Toño Cartón, ya en la recta final del encuentro. Tanto sobresaliente, no solo por su importancia, sino por su elegancia. Tras recoger un balón muerto, mientras un visitante se llevaba por delante a Amadeo Sorli -en incursión entre la defensa enemiga como doble pivote-, el asturiano, prácticamente parado y en ángulo cerrado, se elevó desde su extremo hacia la portería, como si la gravedad no le afectase. En unas décimas de segundo, al ver el movimiento del meta rival, giró su muñeca para fabricar una rosca de recorrido previsible, de dentro a fuera, pero difícil de detener, que acabó en el interior del arco visitante. Probablemente, la punta del pie de Cartón ya besaba el parqué del Príncipe Felipe cuando la pelota abandonó la 'pega' de su mano izquierda, pero los colegiados, quizá embelesados por tan bello gol, no se atrevieron a señalar pisando.

 

Cartón recordó al de sus mejores tardes y aportó su experiencia en lides continentales en un día en el que ser 'perro viejo' estaba mejor pagado que nunca. De hecho, los veteranos tiraron del carro (Malumbres, Cartón, Sorli) frente a un equipo peleón, pero plagado de imberbes, a los que la lección de ayer les vendrá muy bien en el futuro. Mariano Ortega sintetizó la que el CAI Aragón ha aprendido tras esta eliminatoria: "Casi nos quedamos fuera por un mal partido".