JUGGER

El rugby que practicarían los vikingos

El Jugger es un deporte desconocido que combina el juego con balón y las armas de gomaespuma. Una modalidad que ha encontrado una buena aceptación en Zaragoza, donde ya existen cinco equipos.

El Jugger combina el juego con balón y el uso de armas de gomaespuma.
El rugby que practicarían los vikingos
ASOCIACIóN ARAGONESA DE JUGGER

Deporte y combate. Dos realidades tan diferentes como próximas. Varios son los paralelismos y confluencias existentes entre ambos. Así, por ejemplo, algunas artes marciales han llegado a ser catalogadas como disciplinas olímpicas y algunos encuentros de rugby no difieren de una caballerosa lucha cuerpo a cuerpo sin cuartel.


El Jugger, una desconocida modalidad que surgió en Alemania a raíz de la película 'La sangre de los héroes', da una vuelta de tuerca más a esta especial relación. Combina el juego con balón, que en este caso tiene forma de cráneo de perro, y el uso de armas medievales. Estrategia militar y despliegue físico para un curioso deporte que ha tenido una buena aceptación en la capital aragonesa. «En España hay cuatro núcleo duros: Madrid, Valencia, Murcia y Zaragoza. Jugamos entre nosotros cuatro torneos al año, uno en cada lugar», cuenta Abel Sánchez, miembro de la Asociación Aragonesa de Jugger y jugador del equipo Plan B.


Divididos en equipos de cinco jugadores, un corredor trata de anotar en la zona contraria mientras sus compañeros le cubren provistos de acolchadas espadas de distintos tamaños y una cadena gigante. Un ataque que el conjunto contrario trata de detener con el uso de las mismas herramientas. Este planteamiento ha atraído a varios jóvenes zaragozanos, que se reúnen hasta tres veces por semana para entrenar y jugar partidos entre ellos. «El Jugger llegó a Zaragoza a través de la Asociación Dado de Dragón, cuando en 2009 un estudiante alemán les dio a conocer el deporte. A partir de ahí ha ido calando poco a poco y en la actualidad ya se han formado cinco equipos», relata Abel.


Los partidos son cortos, cinco minutos reales que se pueden llegar a alargar hasta 20 con los parones tras cada posesión. «El tiempo se cuantifica por piedras y se juegan dos mitades de 100 piedras cada una. Se trata de un deporte muy explosivo, de mucha acción en pequeños instantes», explica Abel, que matiza que las finales se juegan con tres partes, siendo algo más largas de duración.


Cita internacional

El pasado fin de semana tuvo lugar el primer torneo internacional de Jugger en España. Su escenario fue la localidad zaragozana de Leciñena, donde llegaron a juntarse 20 equipos, dos de ellos procedentes de Alemania. «Las medidas oficiales del terreno de juego son similares a las de un campo de fútbol sala. Por lo tanto, es complicado conseguir superficies llanas de césped de ese tamaño ya que, al no ser un deporte reconocido, no nos ceden instalaciones municipales. Entre semana solemos quedar para entrenar en el parque de Oriente, Valdespartera o Ranillas», afirma Abel resignado.


Un contratiempo que no corta sus ganas de pasarlo bien. «En Zaragoza inculcamos la competitividad sana. Por ello solemos practicar todos juntos y en los partidos no hay problema. Así se reflejó en la cita del pasado fin de semana, donde todo el mundo acabó encantado. Aunque si es cierto que, para evitar la tendencia a la picaresca, aquí usamos cuatro árbitros en cada partido por los dos que se suele usar normalmente en el resto de países», reconoce Abel.


Un planteamiento que permite su participación a gente de todo tipo de edad y condición. Así,aunque la mayoría de los jugadores rondan la veintena, el equipo zaragozano pionero, los Old Ducks, poseen la característica de que todos sus miembros tienen más de 30 años. «En Murcia la gente suele ser más jóvenes y en Madrid más mayores. No importa, solo se trata de pasar un buen rato jugando», finaliza Abel.