SD HUESCA

El Rayo, con diez y un gol en el minuto dos, supera al Huesca (1-0)

El conjunto de Madrid no se dejo influir por las protestas en la grada contra el delegado de seguridad en Vallecas, Emilio Berjano.

Tercera derrota del Huesca en la Liga y, seguramente, la más amarga. Con 70 minutos de superioridad numérica por la expulsión de Aganzo y perdiendo desde el 1, no fue capaz de remontar el resultado. Y lo intentó de todas las formas posibles. Muchas veces, tal vez, sin escoger la opción más adecuada para llegar a la portería del Rayo Vallecano. Con balones colgados sobre todo, raseando el balón, con cambios ofensivos… No hubo manera de abrir el melón y el encuentro arroja la desasosegante certeza de que a este equipo se le resisten y mucho las defensas bien organizadas. No es la primera vez.


A Calderón le convenció el once que pasó por encima del Córdoba y repitió futbolistas y esquema para taponar la circulación de balón rayista. Pero el Huesca recibió la primera en la frente. En unos segundos. Míchel se aprovechó de un error colectivo de la zaga oscense, que ni lo pudo parar ni supo despejar el balón que el centrocampista había controlado en primera instancia. Ripa rechazó, Míchel volvió a capturar esa maldita pelota y batió a Eduardo. Otro error carísimo. El encuentro adquiría el peor de los colores con 89 minutos por delante y los azulgrana se enfrentaban a una nueva prueba de madurez.


Y la respuesta fue buena después de esos primeros momentos de agobio. El cuadro visitante se hizo con el dominio y se lanzó en busca del empate con todos los recursos a su alcance. Noqueados y desconcertados, los de Calderón optaron en primer lugar por los balones colgados, una mala solución y un pecado contándose con la habilidad arriba de Rubén o Vegar.


El asedio se multiplicó después de la expulsión de Aganzo en el minuto 20. El delantero desmintió su supuesta veteranía con dos acciones dignas de un alevín. Vio dos amarillas, ambas con Corona como antagonista y por dos faltas. La primera resultó discutible, pero la segunda, una entrada sin opción de controlar la pelota y a destiempo, merecía la roja.


Se había abierto un panorama mucho más esperanzador, y antes ya había llegado algún aviso. El Rayo no se complicó: situó dos líneas de cuatro hombres por detrás de Piti… y a verlas venir. Quizá, demasiado pronto, pero con una efectividad incuestionable. Le dio en bandeja el control al Huesca y este pudo empatar antes del descanso con una doble opción para Roberto y Rubén.


Poco después, Vara realizó un centro al área vallecana que Rubén no controló con tino y estas acciones bastaron para asustar al Rayo. El colegiado se encargó de echarle gasolina al fuego de los ánimos de la parroquia local con unas amarillas muy discutidas. La segunda mitad iba a resultar un asedio que se reveló inocuo. Con la pelota y todo el campo a disposición, el Huesca se enredó en los metros finales y solo asustó en arranques de genio y con un Camacho inconmensurable tirando del equipo. Medina entró por Dorado y Helguera se convirtió en central. La grada jugó a echar balones al campo para perder tiempo con inexplicable impunidad.


En el tramo final, Calderón arriesgó con Lalo y Rodri, que sustituyeron a Robert y, sorprendentemente, al pichichi Roberto. Cambio difícil de digerir puesto que en el tiempo restante se insistió en los bombardeos al área rayista. Camacho lo intentó sin suerte y la derrota se consumó.