Ayer tuvo lugar la segunda etapa de la Vuelta de los Pirineos, última que se disputaba en territorio francés y que estuvo marcada por la incesante lluvia, que acompañó durante todo el recorrido a los ciclistas.

Tras discurrir apenas 45 minutos desde su inicio, el noruego Remme Stian, empezó a despuntar en el kilómetro 34 junto con otros 16 corredores desmarcándose del pelotón. La lluvia no fue un problema para que el grupo fuera continuara agrandando esa. Así, en el kilómetro 52, a su paso por la localidad de Tournay, segunda meta volante, la diferencia había aumentado hasta los 40 segundos. Los ciclistas estaban vigilantes, para que las temidas caídas no mermasen su puesto en la clasificación.

Tras su paso por la tercera meta volante, la comitiva tuvo que hacer frente en apenas 15 kilómetros, a la ascensión del puerto Soulor, de parecidas dimensiones al recorrido en la jornada del día anterior, el Col Aspin.

La cabeza de carrera seguía liderada por los escapados del principio de carrera, logrando una diferencia de más de 8 minutos con respecto al grupo del pelotón del que no lograba desaparecer el ganador de la etapa de ayer, el galo Fernández Pérez.

Durante más de 10 kilómetros se prolongó la angosta y serpenteante subida hasta la línea de meta Val D' Azun, donde en apenas a 5 kilómetros de su llegada, el dorsal 1, Remme Stian, perteneciente al equipo Team Sparebanken Vest, distaba 1 minuto del resto de sus compañeros de cabeza, logrando finalmente la victoria tras más de 4 horas de carrera.

Stiam reconoció que la etapa de ayer le pareció más dificultosa debido al asfixiante calor. Además, él partía con la ventaja de que había estado preparándose unos días antes junto a sus compañeros de equipo en Formigal.

La presencia española y aragonesa se hizo poco notable en el día de ayer. Fue Ibon Zugsti perteneciente al equipo navarro Azysa, el que consiguió la mejor marca. El primer aragonés en llegar a meta fue Lorenzo Buil de CAI C.C Aragonés.