El jefe de los ultras serbios que provocaron la noche del martes la suspensión del partido Italia-Serbia de clasificación para la Eurocopa 2012 en Génova, pidió ayer perdón a Italia, "un país muy bonito" según su abogado. "Pido disculpas a los italianos. Nunca quisimos crear problemas a Italia, que es un país que me gusta mucho. No es mi país, pero es muy bonito", comentó Ivan Bogdanov, según su abogado.

Apodado 'Iván el Terrible' o 'Iván la Bestia' por la prensa italiana, el jefe de los radicales serbios, que apareció ante las cámaras encapuchado, con tatuajes y haciendo el saludo fascista, fue detenido y encarcelado tras los enfrentamientos con la policía en la noche del martes. Según Bogdanov, los disturbios con la policía italiana eran en realidad una "protesta contra la Federación Serbia de Fútbol" y el guardameta de la selección nacional, Vladimir Stojkovic, al que los 'hooligans' acusan de haber "traicionado" a su equipo, el Estrella Roja, al fichar por el eterno rival, el Partizán de Belgrado.

Ivan Bogdanov es uno de los líderes más violentos de los grupos de hinchas radicales del Estrella Roja de Belgrado. El partido del martes entre Italia y Serbia tuvo que ser suspendido a los seis minutos por el comportamiento de los ultras serbios, que lanzaron bengalas al terreno de juego y contra los jugadores italianos. Los enfrentamientos posteriores en Génova contra la policía se saldaron con 16 heridos, dos de ellos graves, y 17 hinchas serbios detenidos.

Además, diecinueve de los violentos aficionados serbios fueron encarcelados a su llegada a Belgrado como consecuencia de los graves incidentes. Por el momento, 529 hinchas han regresado a Serbia, de los cuales 169 ya estaban fichados por los servicios de policía.

Los detenidos fueron encarcelados y tendrán que comparecer ante un juez. Los medios de comunicación serbios aseguraron que los autobuses que transportaban a los hinchas pasaron un control de más de cinco horas en la frontera serbia. Pero ni siquiera así se evitaron los incidentes.

Ivan Bogdanov. A sus 30 años, es considerado el jefe del grupo ultra 'Tigres de Arkán', que toma el nombre del conocido criminal de guerra durante el conflicto en la ex Yugoslavia. Fue quien lideró los incidentes en el partido del pasado martes, celebrado en Génova, y ahora permanece detenido en Italia.