Eran las 10 de la mañana cuando abrían las oficinas. Como cada día. Raúl Ojeda, gerente del club, y Laura, administrativa, ya tenían todo preparado: el mostrador bien lustroso y encima, los boletines de suscripción para el primer día de venta de acciones de la Sociedad Deportiva Huesca. No había colas en esta ocasión. Se trata de aflojar el bolsillo y no es la mejor época. Además, la primera fase de adquisición de títulos, dirigida en exclusiva a los socios, dura treinta días. 17.500 acciones a la venta, a 150 euros cada una.

Veinte minutos más tarde, el delegado del equipo, Toño Villacampa, entraba en las oficinas. Vestía de chándal porque venía de jugar un partido de tenis. Sacó de la cartera un billete de 500 euros y otro de 100 y compró las primeras cuatro acciones.

"En este momento soy el primero y el único, así que soy el máximo accionista", bromeaba Villacampa mientras rellenaba el formulario y cumplía con todos los trámites. Después, un tanto sorprendido por la presencia de las cámaras, adoptaba un gesto más serio para valorar un hecho que pensaba quedaría en el anonimato. "La gente del club tenemos que ser la punta de lanza en este proceso, tirar del carro; hay que dar ejemplo, los primeros los que estamos aquí".

Preguntado sobre si volverá a comprar acciones cuando llegue la segunda fase de adquisición, Villacampa se mostró cauto. "He cogido cuatro y después Dios proveerá. La coyuntura económica no es la mejor para todos, pero pienso que la afición va a responder porque el Huesca es el Huesca y lo llevamos dentro. Tampoco hace falta contagiar la ilusión porque la vemos aquí todos los domingos en el campo".

Villacampa confesó que no iba en busca de los flashes. "No tenía ni idea de que iba a ser el primero, es más, no he caído en que hoy era el primer día". Para el delegado del equipo azulgrana, el proceso solo tiene una dirección, "la de ir hacia delante. Esto no puede morir por una cuestión administrativa. Seremos Sociedad Anónima Deportiva y el Huesca continuará siendo lo que es, un gran equipo", dijo.

El siguiente, Máximo Laliena

Pocos minutos más tarde, aparecía el segundo suscriptor de la mañana, Máximo Laliena, tío de Agustín Lasaosa y persona de gran carisma en el fútbol oscense. A sus ochenta y tantos años, Máximo llegaba convencido de que iba a ser el accionista más madrugador, aunque no se llevó demasiado chafón cuando se enteró de que era el segundo.

"Ya vine al día siguiente de la asamblea informativa pensando que ya podía comprar acciones. Hay que ayudar al Huesca en este momento tan importante", señaló Máximo, que en cinco minutos armó una auténtica revolución en las oficinas de la entidad, emocionado también por la presencia de los medios de comunicación.

Fue una mañana plácida, de lento goteo, de arranque más simbólico que efectivo de un proceso que va a marcar, por motivos obvios, un antes y un después en la historia de la Sociedad Deportiva Huesca. Espera un arduo peregrinar de aquí a finales del mes de julio, cuando se espera que concluya la transformación. El 6 de agosto es la fecha límite para registrar la nueva entidad y que pueda engrosar como tal en la Liga de Fútbol Profesional para la siguiente campaña.