REAL ZARAGOZA

El entrenador encierra al equipo

Como ya hiciera en las semanas precedentes y empujado por el malestar que se vive en la caseta, Aguirre decide entrenar a puerta cerrada todos los días.

Aguirre y la plantilla durante el entrenamiento matinal de ayer.
El entrenador encierra al equipo
V. LAX

El medio ambiente que rodea al vestuario zaragocista se ha enrarecido de manera palpable en las últimas horas hasta tal punto que el entrenador, Javier Aguirre, decidió ayer al mediodía cambiar sus planes y cerrar las puertas por dentro en el resto de los ensayos que restan hasta el partido ante el Levante.

Las sesiones preparatorias de ayer por la tarde, la de hoy por la mañana y la de mañana en La Romareda, las llevarán a cabo los futbolistas y el cuadro técnico en la más absoluta intimidad. Sin que ningún ojo ajeno a tan peculiar y encendido colectivo pueda asistir a cualquier acción que resulte digna de sugerir efectos secundarios dentro de la tensión que se respira en los últimos días ahí dentro.

La postura de fuerza del plantel respecto de los asuntos económicos no es el único temor que tiene Aguirre. El malestar interno dentro del club que provocó la vergonzosa derrota del domingo pasado en Barcelona ante el Espanyol ha abierto enormes dudas sobre la actitud de la mayor parte de los futbolistas en ese duelo de Cornellá, circunstancia que ya apuntó inesperadamente el propio Javier Aguirre en la rueda de prensa posterior al choque ante los periquitos. No se quiere creer que pueda haber una relación causa-efecto entre el malestar del equipo con los compromisos financieros de la SAD para con ellos y su escasa aplicación en el duelo de Barcelona, pero surgen dudas que se entienden legítimas.

Con estos antecedentes y ante el carácter crucial que tiene el partido de pasado mañana ante el Levante, Aguirre prefiere curarse en salud y ha sacado a la prensa y el público del día a día del grupo.