BALONCESTO FEMENINO

El destino volvió a ser muy cruel

El Mann Filter tuteó una vez más a un grande, el Ros Casares, que solo desniveló la contienda en el último minuto de partido

Katia Da Silva trata de hacerse un hueco en la zona
El destino volvió a ser muy cruel
OLIVER DUCH

La historia se repite y el destino volvió a ser cruel, el más cruel con el Mann Filter. Una vez más el conjunto zaragozano vendió cara su derrota ante uno de los mejores equipos de Europa, el Ros Casares de Valencia. Le tuteó, a poco más de un minuto del final el marcador estaba empatado, pero la suerte fue esquiva de nuevo para las amarillas que vieron como otro grande se les escapaba vivo del Siglo XXI, como ya ocurriera con el Perfumerías Avenida. A pesar de ello, y tras sumar su cuarto tropiezo seguido, las chicas de Víctor Lapeña realizaron un buen partido, pelearon de principio a fin y tuvieron contra las cuerdas al campeón de Liga y Copa, aunque bien es cierto que en el rival no estaban ni la americana Hammon ni Amaya Valdemoro. Pero lo de ganar al Ros tendrá que esperar otro año más. El Filter sabía que ayer tenía una gran oportunidad y, a pesar de las imprecisiones iniciales, los triples de Feaster compensaban el daño que provocaban las pívots valencianas que rápidamente sacaban dos faltas a Luci Pascua. Ni siquiera la mala actuación arbitral del primer cuarto (cinco faltas a las zaragozanas por ninguna del Ros) y la espectacular puntería de Snell sacaba de sus casillas a las de Lapeña. El trabajo se hacía bien y eso se iba a reflejar.

 

 El gran arranque del segundo parcial con buenas acciones de Feaster, Anna Gómez y Paula Palomares igualaba el marcador y despertaba el optimismo en la grada. La defensa local estaba funcionando, se luchaba bien en la pintura ante pívots de la calidad de la agresiva Milton-Jones y De Souza, gran dominadora interior durante toda la noche, y las aragonesas llegaban a ponerse por delante en el electrónico poco antes del descanso.