BARÇA - MADRID

El clásico de los depredadores

Ronaldo y Messi, dos de los mejores jugadores del mundo y máximos goleadores de sus equipos, llegan al clásico en su mejor momento de forma. El portugués quiere marcar por primera vez ante el Barcelona y Messi, revalidar su título de 'bestia negra' del Real Madridcristiano ronaldo Lionel messi.

El clásico de los depredadores
El clásico de los depredadores

Mientras uno prefiere callar, el otro no para de hablar. Uno opta por esconder la mirada, el otro disfruta clavándola en las cámaras. Uno es capaz de cederle el lanzamiento de un penalti a un colega en problemas, el otro se pelea con sus compañeros por meter un gol. Uno es Leo Messi, el otro es Cristiano Ronaldo. Un gran duelo de depredadores dentro del otro gran duelo que se vivirá esta noche en el Camp Nou.

"Son dos futbolistas que marcan la diferencia", admite Carles Puyol, defensa del Barcelona, de cara al clásico, un partido en el que los dos delanteros esperan acabar con sus respectivas frustraciones. La de Messi es no haber marcado gol en siete partidos ante los equipos dirigidos por José Mourinho, el portugués que entrena al Real Madrid y antes condujo al Chelsea y al Inter de Milán. Eso sí, el argentino aún es recordado como el hombre que en febrero de 2006 desquició al Chelsea para encaminar a su equipo hacia la conquista de un ansiado y largamente esperado segundo título en la Liga de Campeones.

La frustración de Cristiano pasa por haberse enfrentado cinco veces al Barcelona -tres de ellas vistiendo la camiseta del Manchester United y dos con la de su actual equipo- sin mover las redes de la portería de Víctor Valdés. El gran activo ofensivo del Real Madrid y actual pichichi liguero tiene una cuenta pendiente con el equipo azulgrana. Se inició en abril de 2008, cuando lideraba a un Manchester United que acabó ganando la Liga de Campeones tras eliminar al Barça en semifinales. Aquella eliminatoria se decidió con un único gol de Paul Scholes en el encuentro de vuelta, pero los 'red devils' hubiesen sufrido menos si Ronaldo no hubiera fallado un penalti en el encuentro de ida.

En la siguiente temporada, el Barcelona se tomó la revancha en la final de la 'Champions' disputada en Roma, donde se impuso 2-0 con tantos de Eto'o y Messi. Cristiano tuvo varias ocasiones al inicio del partido para adelantar al United, pero no pudo concretar ninguna y acabó el encuentro desquiciado.

Tras su llegada al Real Madrid tampoco ha conseguido sacarse esa espina azulgrana. En los dos encuentros ligueros del pasado curso se impuso el Barcelona y ni el portugués ni su equipo consiguieron marcar. De esta forma, Ronaldo añade una carga extra de motivación a su juego de cara al clásico.

Muy poco sorprendería si alguna de las dos rachas -o incluso ambas- se acabasen esta noche, porque el argentino y el portugués impregnan como nada y nadie a sus respectivos equipos. Messi, cada vez más goleador, juega como un 10 y define como un 9. Con libertad para moverse en ataque, encarna el mismo fenómeno que Cristiano, un 7 que es 'falso 9': sus respectivos delanteros, David Villa en el Barcelona y Gonzalo Higuaín en el Real Madrid, son más de una vez sus asistentes, dos hombres en segundo plano ante el impactante presente de los dos jugadores más mediáticos del mundo.

Messi, el mejor del planeta

El argentino, además de famoso, es el mejor jugador del planeta. Tiene 23 años y, si la selección de su país le ayuda, en unos años disputará mano a mano la primacía en el Olimpo del fútbol que comparten Pelé y Diego Armando Maradona.

"Messi y Cristiano son muy buenos, pero ahora Messi está mejor. Cristiano se carga de mucha responsabilidad para ganar, y eso no es bueno", explica Carlos Santillana, ex delantero del Real Madrid y de la selección española. Algo parecido opina Bojan Krkic, privilegiado testigo del crecimiento de la Pulga, a quien define como el mejor jugador que ha visto nunca. "Aparte de su talento natural, está lo que trabaja día a día. Por eso mejora y mejora", asegura el joven delantero azulgrana.

Pep Guardiola, entrenador del Barcelona, siempre tuvo claro que Messi escondía un goleador feroz en su pequeño cuerpo. Así, la temporada pasada lo movió de su posición habitual en la derecha para situarlo en el centro del ataque. El resultado fue impactante: cerró la temporada con 47 goles, y amenaza en la actual con superar sobradamente los 50, ya que lleva 25 en 20 partidos.

Cristiano, el 'niño mimado' de Mourinho ha alcanzado su mejor momento de forma desde que juega en España, con 20 tantos en 22 partidos, entre Liga, 'Champions' y selección. Consciente de que será, junto a Mourinho, uno de los más odiados por el público del Camp Nou, el delantero ha optado por apretar el acelerador. "A quien le gusta el fútbol espectáculo, le gusta lo que hago. Y al que no le guste, que apague la tele o cierre los ojos", aseguró hace unos días.

Messi no podría pronunciar una frase similar en un millón de años, porque toda la vida prefirió hablar a través de la pelota. El argentino, dócil en general de carácter, solo se vuelve arisco cuando tiene que seguir los partidos desde el banquillo. No es precisamente lo que sucederá esta noche. "¿Cómo parar a Messi?", se preguntaba recientemente Míchel Salgado, ex jugador del Real Madrid y actual componente de la plantilla del Blackburn Rovers inglés. La respuesta seguro que no agrada a Mourinho, que cree en la planificación a ultranza: "Anticiparse antes de que reciba el balón... y rezar".