BALONMANO

El CAI busca el norte en el sur

El conjunto naranja persigue romper su mala racha. Una victoria en Antequera le devolvería a la lucha en la zona noble.

La bella singladura del CAI Aragón por la Liga Asobal 2009-10 se está ensombreciendo en las últimas millas. Las sensaciones vividas durante la travesía han sido apasionantes, preciosas. Solo resta trasladarlas a buen puerto, al destino que con tanto ímpetu y pericia ha apuntado el conjunto naranja a lo largo del curso. Las derrotas sufridas ante el Ciudad Real, el Granollers y el Cuenca han alejado al equipo naranja de la meta. Los de Ortega ya no ocupan la cuarta plaza. Ni tan siquiera la quinta. Han caído al sexto puesto, ubicación gris para un club que ha tuteado a los mejores. Ahora, a solo cuatro jornadas del cierre, el CAI busca el norte, el rumbo que le devuelva a la posición que merece. Paradójicamente, el norte aparece en el sur, en Antequera, hoy escenario del encuentro de la vigésimo séptima jornada (18.30).

La eliminación de la Copa EHF ante el Lemgo ha cortocircuitado la energía del CAI Aragón. Los mensajes emitidos tampoco han generado la necesaria corriente ambiciosa. Vender la séptima plaza como un éxito cuando se ocupa la cuarta es una aberración. Igual en balonmano que en fútbol, en voleibol o en guiñote. Igual en el Betis, en el Joventut, en el Palma Volley o en el bar de la esquina. Repito: no se puede decir que la séptima plaza es un éxito cuando se habita en la cuarta. En el CAI Aragón se trabaja y se paga, hechos que tienen poco de baladí cuando no todos trabajan y casi nadie paga en la Asobal. Pero el aficionado necesita estímulos. En las mentes encogidas nunca residió la buena dicha. Se demanda un mensaje más agresivo. Si se era cuarto y se puede ser cuarto, hay que proclamar que se va a ir a por la cuarta plaza. Si luego se acaba séptimo, ya se verá lo que se dice. Por cierto, todavía no se ha acabado séptimo (camino se lleva?). Por cierto, también, todavía se puede acabar cuarto.

La derrota ante el Ciudad Real entraba dentro de la cábalas. Otra cosa es la forma en la que se consumó. En Granollers, el CAI Aragón pudo ganar durante 59 minutos. En el último minuto fue atracado con un 'pisando' clamoroso de Svitlica. La derrota ante el Cuenca del pasado sábado no contiene excusa ninguna. Probablemente, fue el mayor horror perpetrado en casa por el CAI en sus cinco años en la Asobal. Queda el consuelo de que difícilmente jugará tan mal el conjunto de Ortega.

Ante el Antequera se impone una reacción. Hay que intentar jugar, que el CAI Aragón ha demostrado saber hacerlo. Si el juego no llega, deberá aparecer el orgullo torero, que tampoco se apreció ante el Cuenca. Mariano Ortega cuenta con toda la plantilla a excepción de Prendes y Koch-Hansen. Jugador por jugador, el conjunto naranja no es inferior, ni mucho menos, al Antequera. Para ganar, hay que ir a ganar. La obviedad conviene subrayarla. Mal están las cosas cuando es imprescindible reiterar lo obvio.

Grebenar, el inicio de la crecida, también ha sido el principio de la menguada. Unas prestaciones regulares en este jugador resultan decisivas en el rendimiento del colectivo. Larsson también fue determinante en la primera vuelta. Como Grebenar, me refiero al Larsson del Quijote Arena, al del Palau Blaugrana, a ese jugador total que ni siquiera de forma parcial aparece en los últimos tiempos. Si Grebenar y Larsson levantan la mirada, se va ganar en Antequera. En el lateral zurdo, Stankovic y Maqueda suman. En el pivote, Abel Lamadrid se ha elevado y ya le discute minutos a Arrhenius. La portería jamás ha sido un problema. Y a Cartón ya no le duele el tobillo.

Enfrente espera el Antequera. Como en casi todas las plazas de la Asobal, hay problemas en el Torcal. Las empresas constructoras también se han desplomado allí. Los recortes económicos se han trasladado al equipo representativo de la ciudad. Se le adeudan varias mensualidades a los jugadores. Antonio Carlos Ortega hace lo que puede. Al menos, ha salvado al equipo. Tampoco tiene potencial para mucho más. Curkovic está lesionado y Chelu Cid se ha marchado al Anaitasuna para ascenderlo a la Asobal. Quizás, también, para cobrar alguna pesetilla. Ortega (el del Antequera, me refiero) jugará con Jorge en el portal. Vázquez, Trivundza y Obradovic formarán la primera línea, con Juanan y Prodanovic en los extremos. El pivote Rafa Baena, como punto de apoyo. Un equipo apañado catalizado por una apasionada afición. Todo debe ser poco si el CAI Aragón quiere regresar a la cima de la Asobal, si de verdad busca el norte en el sur.