CAI ZARAGOZA

Duelo de anotadores

Tres de los cuatro máximos anotadores de la LEB coincidirán mañana en el Tenerife-CAI.

Tres pistoleros feroces andarán sueltos mañana en el pabellón Santiago Martín de Tenerife. Tres aves voraces, con un estómago insaciable. Su última canasta es siempre la penúltima. Una bestia en el bando tinerfeño. Afortunadamente, dos en el lado zaragozano. Antawin Barbour, Paolo Quinteros y Darren Phillip, el trío de oro que atraerá el foco de la decimonovena jornada de la LEB, en una batalla con sobredosis de atractivos.


El máximo anotador de la competición frente al tercero y al cuarto. Bajo el mismo techo. Con 40 minutos por delante. No resulta sencillo reunir a unos jugadores tan selectos en un mismo encuentro, pero mañana se producirá el ansiado choque de trenes.


El Tenerife Rural, quinto clasificado y ante la última oportunidad para optar al primer puesto que proporciona el ascenso automático a la ACB, estará comandado por el polémico pero letal Antwain Barbour (Kentucky, 1982).


Polémico porque el pasado cinco de enero fue detenido junto a su compañero Gimel Lewis por unos supuestos incidentes con la Policía Nacional en una zona de copas. Ambos terminaron en la Comisaría y fueron puestos a disposición del juzgado de guardia. Posteriormente han denunciado que sufrieron diversas vejaciones por parte de los agentes, como golpes con porras.


Letal porque sobre el parqué se desenvuelve con una impunidad absoluta. Las defensas rivales invierten sudor e intensidad en neutralizar el principal estilete del conjunto dirigido por Rafa Sanz pero suelen estar abocadas al fracaso. Los números lo delatan. 360 puntos en 18 partidos arrojan un promedio de 20. Su perseguidor más próximo es Andy Panko, del Bruesa, con 18,83.


Por fuera y por dentro


Frenar a Barbour no resulta una tarea sencilla. Su portentoso y estilizado físico es su mejor aliado. Puede actuar tanto de dos como de tres y su arsenal de trucos desquician al oponente, al que obliga a recurrir a constantes faltas personales.


El perímetro es el hábitat natural de este alero formado en la universidad de Kentucky y que devora su segunda campaña en el Tenerife. Acredita unos más que aceptables porcentajes de efectividad: 49 por ciento en tiros de dos, 39 por ciento en los triples y 71 por ciento en tiros libres. Ha experimentado una sensible mejoría respecto a la pasada campaña.


Los tiros lejanos le alimentan pero no son su único sustento. Su explosiva arrancada, unida a la velocidad que adorna cada una de sus acciones, le permiten efectuar poderosas penetraciones en las que deja atrás con suma facilidad a su par. Una pesadilla con una criptonita: la irregularidad.


En el encuentro de la primera vuelta, en el Príncipe Felipe (96-70 para los de Curro Segura), Barbour fue el máximo encestador tinerfeño, con 15 puntos, uno de los escasos hombres que se salvaron del descalabro. La teoría apunta a Howard Brown como el secante ideal.


Si Barbour está rayando a un nivel sobresaliente, Paolo Quinteros está cumpliendo con las expectativas que generó su fichaje por el CAI. Abandonó al León en la ACB para ejercer de faro ofensivo de un eterno aspirante al ascenso a la elite. Una apuesta arriesgada de la que disipa dudas a golpe genio. Sus 18,72 puntos por choque han sacado al equipo de más de un atolladero. Asido a una férrea personalidad que le empuja a pedir el balón cuando al resto le quema, se ha revelado como el perfecto desatascador en los tramos más densos de juego. Con un 48 por ciento en tiros de campo, tiene licencia para tirar.


A la diestra de Quinteros grita el enérgico Darren Phillip, el flotador del CAI, un seguro de vida rebosante de carácter y motivación. El británico interpreta como nadie el papel de alma del colectivo, una luz que no se consume. Al contrario. Avasalla con su entusiasmo. Ningún pero a su contribución: 18, 5 puntos, 20,17 de valoración y una multitud de conceptos intangibles que convierten a DP en imprescindible.