REAL ZARAGOZA

Doblas: «Hasta ahora, tengo claro que el entrenador no me conocía»

El andaluz no jugaba desde el 14 de noviembre. En Gijón, tres meses y medio después, fue decisivo en el empate final.

Doblas mira con atención el intento de remate de Barral, en pugna aérea con Diogo tras un centro lateral.
Doblas: «Hasta ahora, tengo claro que el entrenador no me conocía»
EFE

Al pitar Iturralde el final del partido, usted se fue contra un poste y le dio una patada de rabia. ¿Qué significado tuvo ese gesto?

Era rabia por muchas cosas. Por muchos sufrimientos que he tenido en los últimos meses. Por lo mucho que padecí antes de mi suplencia, jugando cada domingo con las molestias físicas que tenía. En El Molinón disputé un partido en el que, por fin, disfruté jugando como portero de Primera División. Fue un gesto de rabia porque yo soy una persona de mucho carácter. Fue lo primero que me salió de dentro.


Seguro que, en esos momentos, tenía en cuenta que, con el 0-0 final, sus cuatro o cinco paradas más meritorias habían resultado decisivas para salvar el punto.

Sí, teniendo en cuenta siempre que los porteros estamos para ayudar de ese modo al equipo. A veces, con buenas paradas, puedes colaborar a salvar puntos. Otros días, con las mismas intervenciones, no sirve y pierdes. Todos los porteros, todos los días, debemos estar atentos al menos a dos o tres acciones del rival en las que te pueden marcar goles. En Gijón todo me salió bien en ese sentido y, por eso, acabé muy contento de mi actuación.


El gol que entró, el de Carmelo, fue anulado por fuera de juego. Menos mal porque, al levantarse del suelo, llevaba tragado que todo se había venido abajo al final.

Cuando tiró Nacho Novo cruzado y yo me estiré, caí al suelo y me di cuenta que había futbolistas detrás de mi. Ahí sospeché que podía haber fuera de juego y miré al linier. Por suerte, levantó la bandera y no subió al marcador. Habría sido un palo grande un día más porque era ya la recta final del partido.


¿Cuál de todas sus paradas fue más difícil de ejecutar?

Hubo una de Barral en la primera parte en la que tenía un montón de gente delante mismo de mi posición y, además, el disparo era relativamente cercano. Fue la que más riesgos tenía y la conseguí sacar con bastantes apuros. El despeje a córner que hice tras el tiro de José Ángel en la segunda parte, también tenía su dificultad, pero el chut era más limpio y, sobre todo, más alejado.


Con su brillante partido en Gijón, es indiscutible que le ha metido presión al entrenador para cuando Leo Franco vuelva a estar bien.

Para eso estamos. El puesto de portero es así siempre. En lo que ha ocurrido hasta ahora, tengo claro que el entrenador no me conocía, es cierto. Además, cuando él llego, coincidió que yo estaba muy mal de mi lesión. Así que no me ha quedado más remedio que trabajar en la sombra, intentando aportar lo máximo al grupo aunque sabía que no iba a jugar. La oportunidad de volver me ha llegado por la lesión del compañero que estaba jugando y, ahora, Javier Aguirre será el que tenga la responsabilidad de decidir. Yo, para bien o para mal, seguiré igual, aportando todo cuanto esté en mi mano.


Suceda lo que suceda, usted está vacunado de todo a lo largo de su trayectoria.

Sin duda. Lo que he vivido en los últimos meses no es la primera que me pasa. Ya lo viví en mi primera época aquí en Zaragoza y, antes, en el Betis. En el puesto de portero, hay que estar preparado para todo. Has de tener las ideas muy claras y estar siempre en disposición de entrenar a tope cada día, juegues de titular o no lo hagas. Yo actúo siempre de este modo.


En El Molinón, sorprendió negativamente la actitud ultradefensiva del equipo tras el descanso cuando ganar era obligación. ¿A qué achaca usted esta actitud?

A que, cuando se está ahí abajo en la clasificación, hay que saber no perder. Por eso, en la segunda parte nos echamos atrás para no correr riesgos del estilo de lo que nos ocurrió en Alicante. Nos acordamos mucho de esos puntos que perdimos en el Rico Pérez. Por eso, en cuanto llegó el minuto 70, nos encerramos y supimos sufrir hasta obtener el empate final. Es un punto que debemos hacer bueno en los próximos partidos.


El equipo lleva una horrible racha de resultados, sumando solo 2 de los últimos 12 puntos disputados. Ahora vienen cinco partidos complicadísimos. ¿Cuántos puntos habría que sumar de esos 15 para seguir vivos?

En este mismo tramo que ahora viene, en la primera vuelta, sacamos cuatro, uno en Valencia y los tres del Mallorca. Creo que, dadas las circunstancias, estamos obligados a sacar un poco más, quizá siete. Habrá que hacerlo como sea y pensar que es posible lograrlo. En fútbol, si no estás convencido de estas cosas, no vas a ningún lado nunca.


El primero de los compromisos llega en apenas 48 horas en La Romareda, ante el Athletic de Bilbao. Todo lo que no sea ganar será fatal en todas las previsiones.

El partido contra el Athletic de este miércoles es importantísimo, una nueva final como tantas hemos jugado y vamos a tener que jugar. Habrá que ser positivos y confiar en nuestras posibilidades. A ver si tenemos de nuevo la suerte de ganar en casa de nuevo y dar una alegría a nuestra afición, que es la que más se lo merece.