REAL ZARAGOZA

Diez días después

Poco ha cambiado el Zaragoza desde que se produjo el descenso a Segunda. Aún no se sabe quién será el nuevo director técnico y tampoco se conoce el nombre del próximo entrenador. A lo largo de esta semana se quiere dar alguna noticia al respecto.

Víctor Muñoz, Toni Muñoz, Fernando Vázquez, Manolo Preciado, Gonzalo Arconada, Ernesto Valverde, Marcelino García Toral.... Apuestas y más apuestas. El runrún del parqué se oye. Pero apenas tiene contenido más allá de la pronunciación de dichos nombres, o de otros tantos que se puedan dar.


A estas horas, nada se sabe a ciencia cierta de quién será el director deportivo próximo y tampoco se conoce quién será el siguiente entrenador del conjunto aragonés. La cuestión todavía está verde. Como derivada, aparece otro hueco importante: se desconoce quiénes serán los jugadores que configuren la columna vertebral de la escuadra aragonesa y qué futbolistas girarán a su alrededor, como complemento o en sociedad estrecha.


Desde que se descendió a Segunda División, hace diez días, únicamente se han producido dos movimientos de cambio. El primero, la salida de Miguel Pardeza, marcha que se hizo con pies propios, sin que nadie lo empujara, salvo el desastre deportivo del descenso. El segundo, la compra de Ricardo Oliveira al Milán, operación que, en principio, no tiene por objetivo hacer jugar al delantero brasileño en la división de plata.


En gran medida, el Real Zaragoza sigue estando como estaba cuando aspiraba a ser brillante, elegante y europeo. Quizá por eso, las preguntas acerca de cómo será el equipo cuando tenga que desenvolverse en el fútbol de hierro de la Segunda son más cuantiosas que las realidades o las evidencias hasta aquí constatadas. En el zaragocismo se da por sentado que llegará un momento en el que cambiarán por completo su fisonomía y espíritu, para hacerse un equipo propio de su nueva categoría.


No obstante, tal estado de la cuestión no deja de llamar la atención de aficionados, seguidores e incluso de los ex presidentes vivos del Real Zaragoza, alguno de los cuales tuvo que afrontar descensos y posteriores proyectos de ascenso. Alfonso Usón, Miguel Beltrán, José Ángel Zalba, Ángel Aznar y José Gil Lecha han manifestado a HERALDO sus puntos de vista al respecto. Si entre todos ellos, figuras dispares, y hombres de distintos tiempos y de diferentes épocas, se puede establecer un denominador común es éste: cierto miedo al futuro. Para ellos es fundamental que el Real Zaragoza vuelva a Primera División en un solo año, para lo que es esencial -a su juicio- tomar decisiones prontas y acertadas. No se ha querido pronunciar al respecto Alfonso Soláns, por entender que su presidencia todavía está demasiado próximas a este tiempo.


En el seno del Real Zaragoza se observa el problema desde otra perspectiva, muy distinta a los temores por el porvenir. Por una parte, se entiende que hay tiempo suficiente a lo largo del verano para confeccionar un proyecto de ascenso firme y solvente en el terreno de juego. Por otro, a lo largo de esta semana se espera dar alguna noticia sobre la nueva dirección deportiva, piedra angular en la que se quiere hacer descansar el resto de decisiones de naturaleza deportiva. Uno de los consejeros del club, José María Serrano, llamaba ayer a la tranquilidad en este terreno en los micrófonos de la SER. En el Zaragoza no se adivinan urgencias.