CAI Teruel 3-0 Unicaja Almería

Campeón a lo grande

La solidez del CAI Teruel, empujado por una marea naranja ejemplar, hundió a un Unicaja impotente en el tercer partido.

El equipo celebra un punto en el partido de ayer en Los Planos.
Campeón a lo grande
A. GARCíA

Teruel se despertó ayer radiante y se acostó con un brillo aún más especial. La ensaladera que ocupaba un sitio preferencial en la vitrina del Club Voleibol Teruel, al lado de su hermana, iluminó a una ciudad que volvió a vivir una fiesta mayúscula. Porque no todos los días se celebra que el equipo de casa te regala un título de campeón. Bueno, dos. Porque el CAI Teruel premió a su afición, a una Comunidad y a los apasionados del voleibol con la segunda corona nacional, la que certifica que eres el equipo más sobresaliente del país. Sí señor. Y lo hizo a lo grande, con contundencia, destrozando a un rival, Unicaja Almería, que volvió a tropezar con un equipo ejemplar y una afición para enmarcar. El 3-0 final de la eliminatoria lo dice todo. El mismo resultado que el año pasado, cuando la fiesta se trasladó a la ciudad andaluza. Entonces, el CAI hizo historia, y ayer escribió una página aún más bella al revalidar una copa que le catapulta al cielo.


Cuando Ibán Pérez mandó el balón allá donde empieza la gloria, Los Planos estalló. Un eco de júbilo que se escuchó en toda la ciudad, que había preparado con mimo la trascendental cita. Cuatro mil hinchas (más no cabía en el recinto deportivo) que hondearon las bufandas y aplaudieron a sus ídolos, exhaustos. “¡Yo soy de Teruel, de Teruel, de Teruel!” retumbó en Los Planos. Impresionante.


Pesaba la responsabilidad, el ambiente asfixiante, la necesidad de no prolongar la final, agónica por el esfuerzo de dos equipos que se citaban después de dos partidos en Almería llevados al límite. Durante la semana solo se hablaba de cómo se iba a celebrar el campeonato sin todavía haberlo conseguido. El CAI había tratado de aislarse en su hogar deportivo, trabajando la táctica, cuidando la mente. No hacen falta discursos de grandeza, ni cheques en blanco que alimentan sueños rotos. Solo aplicar grandes dosis de trabajo; sentido común a unas ideas que puestas en práctica se traducen en éxitos.


Y desde el primer punto, la pizarra de Novillo funcionó. El central Denmark, ausente la pasada semana tiró el primer balón a la red. Toda una declaración. Había nervios. La máquina del CAI empezó a carburar. Hernán daba sentido al balón porque la recepción funcionaba, y siempre encontraba a manos para culminar. Ibán Pérez, Batista y Fran Rodríguez se multiplicaban; García-Torres y Lino se agigantaban en la red; Llenas, al fondo, se superaba. Los recambios -Rocamora, Ariño, Guerrero- respondían. El Unicaja se perdía. Sus hombres, sus nombres, no aparecían: Sevillano, Olteanu, Smith, Howatson... Caras de impotencia. Howatson falló con el saque, el arma que el Unicaja había hecho gala durante la temporada. El primer paso ya estaba hecho, en 25 minutos.


El CAI siguió a lo suyo, con la misma fe, empujado en cada salto por una marea naranja que acobardó al Unicaja. El segundo set fue un calco del primero, se prolongó en el mismo tiempo. El título estaba más cerca. Pero Unicaja reaccionó, herido en su orgullo, dando potencia a un balón malvado. Volteó un marcador adverso (3-8, 14-16) y se creció aún más. Ibán Pérez, elegido MVP de la final, no perdonó. Y, a coro, Los Planos entonó “¡campeones!”.

 

Ficha

CAI Teruel 3

Unicaja Almería 0

CAI Teruel Hernán (2), Rodríguez (7), García-Torres (7), Haroldo Lino (6), Batista (13), Ibán Pérez (16) sexteto inicial-, Llenas (líbero). También jugaron Rocamora, Guerrero y Ariño.

Unicaja Almería Howatson (2), Sevillano (1), Olteanu (10), Soonias (15), Denmark (2), Smith (4) -sexteto inicial-, Valido (líbero). También jugaron Yoyo, Delgado (6), Salvador.

Sets: 25-21 (28 min), 25-21 (28 min) y 25-22 (31 min).

Árbitros: Mario Bernaola (Madrid) y Alexis Fuentes (Las Palmas).

Incidencias: cerca de 4.000 espectadores abarrotaron el pabellón Los Planos.