Braulio Nóbrega no es un delantero centro del gusto de Gay o, al menos, no responde al cien por cien a lo que el 4-2-3-1 del madrileño requiere del punta referencial de ese dibujo táctico.

Por eso, el canario ha sido instado por el preparador blanquillo a adaptarse a dos posiciones alternativas para ver si es útil en la actual plantilla: una la de interior diestro, otra la de media punta o enganche. Lo que está claro a estas alturas de curso es que, salvo cataclismo, no se verá nunca a Braulio como titular jugando como delantero puro.

La situación del punta de Fuerteventura es realmente paradójica en estos momentos. Si hubiese habido acuerdo entre el Real Zaragoza y el Recreativo de Huelva para traer fichado a Colunga (negociaciones que abarcaron desde mayo hasta primeros de agosto), Braulio estaría jugando ahora, muy probablemente, en el cuadro onubense de Segunda. Era uno de los descartados y transferibles.

Al abortarse el 'caso Colunga' y no cuajar con éxito ninguno de los noviazgos iniciales del Zaragoza para traerle un compañero con poso a Marco Pérez en ataque (el colombiano fue fichado -cedido- al principio del estío), el área deportiva del club sugirió quedarse con Braulio para poder armar el puesto con cierta dignidad durante los partidos de pretemporada. Ahí, el canario alternó minutos con Pérez y marcó un par de goles meritorios. Al llegar Sinama in extremis, su papel se ha desvanecido.