CAI ZARAGOZA

Bienvenidos a la realidad

Nada más comenzar la pretemporada el CAI ya sabe lo que es la ACB, lo mucho que va a tener que trabajar para lograr triunfos y al nivel al que se encuentra, es decir, relativamente bajo. El equipo rojillo aún está verde y eso quedó patente ante un Real Madrid con varias bajas de importancia (Raúl López, Mumbrú, Hervelle o Massie), que le superó con cierta facilidad por 18 puntos. A lo largo de su primer amistoso como equipo de elite, salieron a relucir las que parecen que serán las armas aragonesas, pero también sus defectos, esos en los que hay que mejorar y mucho. Dominó el rebote con enorme superioridad (15 más que el rival), pero no lo supo aprovechar; perdió hasta 23 balones, un drama teniendo en cuenta a los equipos a los que se enfrentará; y completó un escasísimo 4 de 23 en triples que le acabó por condenar. Pero no hay que ser negativo. En el lado positivo de la balanza está que el CAI también jugó con bajas, que Roberto Guerra sacó a relucir su calidad y su entrega, que las veteranas cabezas de Victoriano y Lewis hacen grupo o que los conocidos se sabe que pueden dar mucho más.


Al panameño Garcés le quedará el honor de haber logrado el primer punto del CAI de ACB. Un tiro libre que amortiguaba los malos momentos que pasaba el conjunto rojillo en su amistoso ante el Real Madrid. Y es que los zaragozanos ayer se dieron realmente cuenta de lo que es la elite. Los nervios del debut y la lógica ausencia del ritmo de competición provocó que los de Segura rápidamente se pusieran a remolque de un equipo con mucho más oficio en la categoría. El 17-8 poco después de comenzar, parcial en el que únicamente Garcés y Guerra habían anotado para el cuadro aragonés, ponía al CAI en su sitio.


Sería injusto decir que el conjunto aragonés era muy inferior al Madrid, pero sí es cierto que la cantidad de imprecisiones rojillas, su continuo atasco en ataque y los fallos en las acciones individuales, como las del aún verde, nunca mejor dicho, Taurean Green, les impedían acercarse en el electrónico.

La veteranía


La reacción solo llegó con la aparición del veterano Larry Lewis, quien con una entrega física encomiable y unas cuantas acciones de mérito en la pintura abanderó la mejora rojilla.


Sin embargo, y como también es lógico, falta mucho camino por recorrer y el Madrid es mucho Madrid aún sin Raúl López, Mumbrú o Massie. Con la energía de Llull, la creatividad de Pepe Sánchez, los tiros de Marko Tomas, el oficio de Felipe bajo los aros y el aire fresco de los canteranos se marchaban al descanso doce arriba.


En esos momentos, el insoportable calor en el Pabellón Olímpico de Reus y el agobiante olor a fritanga procedente de las cafeterías afectaba mucho más a los de Segura que iban por detrás en el lectrónico. Y peor que se iban a poner las cosas.

Lució Reyes


En la reanudación relució Reyes, tanto como la plata que se colgó hace unas semanas en los Juegos de Pekín. Con nueve puntos consecutivos hundió a un CAI que ya no parecía creer en la victoria. Las cosas no acababan de salir, los tiros no entraban, la defensa no era lo agresiva que se les debe exigir y los errores eran excesivos. De lo mejor en el cuadro aragonés era el dominio reboteador, sobre todo, en ataque, algo que le otorgaba segundas, terceras y hasta cuartas opciones. Pero si esa ventaja en el rebote no se traduce en puntos de poco sirve, y eso es lo que les ocurrió a los de Segura.


En realidad, si no fuera por un par de triples consecutivos, de Guerra (el mejor, sin duda, en el CAI) y Lewis, el encuentro se hubiera terminado muy pronto. Pero esos aciertos, casi esporádicos dieron vida a los zaragozanos. Por poco tiempo, ya que entonces otro fichaje veraniego de los blancos, Hosley, emepezó a pegar brincos ante la casi pasividad rojilla.


Hay tiempo para mejorar. Que no cunda el pánico. Pero esto ya es la realidad.