CAI TERUEL

Propósito de enmienda

El CAI Teruel regresó de Turquía pensando en corregir errores para salvar el cruce europeo

La expedición naranja factura el equipaje en el aeropuerto de Atatürk, antes de coger el avión rumbo a Barcelona.
Propósito de enmienda
A. C. G.

El entrenador del CAI Teruel durmió intranquilo. Óscar Novillo no podía evitar repetir, una y otra vez, la película de un partido que tuvo un epílogo no deseado. Una derrota dura, dolorosa. Porque confiaba en que su equipo iba a ser capaz de superar a un Galatasaray que tuvo la fe suficiente como para remontar un set en contra, y poner franca la eliminatoria de octavos de final de la Copa Challenge (3-1). La concentración llevaría a no cometer errores. Esta era una de las claves. Pero el CAI fue frágil, no se llegó a creer en la pista que podía ser mejor. Una fortaleza que sí exhibió el conjunto que prepara Ümit Hizal. El regreso al hotel de concentración en Estambul se hizo en silencio. Caras serias y pocas ganas de hablar. Los jugadores y el cuerpo técnico se refugiaron en sus habitaciones después de cenar. Tocaba hacer propósito de enmienda.


Ayer había que madrugar otra vez. Atravesar Estambul es una lotería, un sorteo de atascos, infinitas hileras de coches que zigzaguean sin escrúpulos, intentando ganar dos segundos al reloj. Llegar al aeropuerto de Atatürk suponía cerca de dos horas de autobús. El vuelo de regreso a Barcelona estaba programado para las 13.10. Tiempo para meditar. José Ignacio Marcos, mano derecha de Novillo, recuperaba en el ordenador la película del encuentro grabada en video. La visión de los despropósitos cometidos en el Burhan Felek será difícil de olvidar. El técnico cerraba los ojos, ocultaba su disgusto. “Ha sido una lástima porque teníamos todos los argumentos para haber logrado un resultado positivo”, reflexionaba. Estaba fastidiado. “Nos hemos dado cuenta de que hemos metido la pata”, reconocía el líbero Francesc Llenas, recogiendo el sentir del grupo.


La derrota ha escocido por la forma en que se produjo. Con un primer set de juego brillante, no se entiende cómo el CAI pudo bajar los brazos en el segundo, se volvió cobarde, se confió. A Novillo le preocupaban dos cosas: la calma y la tranquilidad, inusuales, que transmitía el grupo, y que sus chicos acusaran la falta de ritmo de competición. Un parón navideño al que se unió la suspensión del choque ante el Tenerife Sur, programado para el sábado pasado, que tendrá que volver a repetirse, no se sabe cuándo, lo que obligará a doblar durante varias semanas.


Las sospechas del preparador se cumplieron. “Nosotros sabíamos lo que queríamos”, proclamaba, feliz, Ümit Hizal. El entrenador turco festejó cada punto con entusiasmo, brazos en alto, gritos de empuje para un Galatasaray que agradeció las facilidades que le daba el CAI Teruel. “Ellos plantearon muy bien el partido tácticamente, y nosotros no conseguimos leerlo. Después nos empezó a entrar el saque, y ahí les hicimos daño. Además, nuestra recepción también mejoró. Por ahí vino la victoria, aunque la eliminatoria queda abierta”, analizaba Kike de la Fuente, el rostro amigo del conjunto turco, el hombre encargado del último remate que sentenciaba el duelo. El internacional español, ex del Palma Volley, ya sabe lo que es jugar en Teruel, en el pabellón de Los Planos, ante un CAI con el que le une lazos de amistad con varios jugadores. Ümit Hizal le preguntaba: “¿Cuántos aficionados suelen ir al pabellón?”. “Tres mil contra el Berlín, en el último partido de Challenge Cup”, le contestaba De la Fuente. Y el ‘coach’ turco movía la cabeza de un lado a otro: “Una cancha difícil, muy difícil”, repetía.


Un Galatasaray lanzado por el poderoso Ali Alp Çayir –“uno de los mejores opuestos de la liga turca”, resaltaba De la Fuente- terminó de desquiciar al CAI Teruel, que reaccionó en el tercer set. Pero siete puntos consecutivos terminaron por hundir a los jugadores. En el último, más igualado, faltó concretar. “El día en que determinados jugadores no están bien, la gente ha de saber que tiene que ayudar. Si creamos una dependencia hacia Anderson, si no está del todo bien, hay que pedir mucho más a los demás, que también sepan resolver. Esto es lo que tenemos que intentar corregir. Un partido tiene que ser cosa de todos, no podemos dejarlo en manos de un solo jugador. Y esto es lo que nos pasó en los finales de los dos últimos sets”, concretaba Novillo.


El CAI Teruel aterrizó en el aeropuerto de El Prat a las 16.00. No volvió a la capital turolense. Mañana juega contra el FC Barcelona y se concentra el fin de semana en la Ciudad Condal. Ahora toca aparcar el sueño europeo, cambiar al chip de la Superliga, recuperar las sensaciones, reconducir moralmente al grupo. “Hay que hacerles ver que este tropiezo no nos puede afectar en la Liga, que la tenemos muy de cara”, señala el técnico. Un triunfo auparía al CAI al liderato. Después llegará el Galatasaray. Volver a apelar a la heroica. A vibrar junto con las tres mil gargantas que empujaron al CAI a mantener su idilio con la competición europea.