LIGA DE CAMPEONES

Batalla psicológica

El duelo español de la 'Champions' ya ha comenzado en las ruedas de prensa. El nuevo clásico entre Real Madrid y Barcelona se anima gracias a la batalla de declaraciones.

El centrocampista del Barcelona Andres Iniesta habló ayer en rueda de prensa antes del entrenamiento de su equipo.
Batalla psicológica
TONI ALBIR/EFE

Primero fue el árbitro. Luego, el césped. Después se criticó la dureza del Real Madrid; más tarde, el teatro de los jugadores del Barcelona. Ahora el debate gira en torno al favoritismo, una condición que nadie desea. El clásico europeo no saltará al césped del Bernabéu hasta mañana (20.45, ATV), pero madrileños y catalanes ya han comenzado a jugar el partido.


Será el tercer duelo en solo diez días entre los dos gigantes españoles, y el primero de las semifinales de la 'Champions'. Y, según parece, también será el más intenso. Los prolegómenos de los dos anterior duelos fueron relativamente calmados. Las declaraciones tópicas de entrenadores y jugadores regatearon cualquier polémica. Pero el triunfo del Real Madrid en la Copa del Rey ha cambiado un escenario en el que la teórica superioridad azulgrana -plasmada en la 'manita' de la ida- ha dejado paso a un panorama incierto.


En medio de este ambiente, el primero en levantar la voz fue Pep Guardiola. Habitualmente comedido en sus declaraciones, llamó la atención su rueda de prensa del sábado. Asumió el papel de víctima, se mostró irónico con los arbitrajes al Real Madrid y hasta criticó la señalización de un fuera de juego que sí fue. «Todo el mundo da al Madrid por favorito. Entiendo que sea así porque han ganado la Copa, están bien y tienen una plantilla amplia y de mucho nivel», dijo un Guardiola que habló también del árbitro portugués Pedro Proença, en ese momento candidato a arbitrar la semifinal del miércoles: «Mourinho estará felicísimo». Sin embargo, la teoría quedó desmontada ayer, cuando la UEFA anunció que el árbitro será el alemán Wolfgang Stark. La prensa de Madrid no tardó en avisar que es un declarado «seguidor de Lionel Messi», la estrella del Barcelona.


También llamaron la atención las posteriores declaraciones de Busquets, quien siguió los pasos de su entrenador y aseguró que «el Real Madrid es el peor rival» al que se pueden enfrentar en este momento. Se esperaba la respuesta del Real Madrid y ayer salió a escena Sergio Ramos, uno de los hombres fuertes del vestuario blanco y un jugador muy poco querido en la Ciudad Condal. Y el andaluz golpeó con contundencia. Primero, porque habló del «teatro» del equipo azulgrana para responder a quienes acusan al Real Madrid de jugar con dureza. Luego, porque se quitó la etiqueta de favorito. Y, finalmente, porque respondió a Guardiola. «Nosotros no asumimos el papel de favoritos. Si algo nos ha llevado al éxito es la sencillez, la humildad y el trabajo», aseguró un Ramos molesto con las quejas del técnico culé.


Unas horas después, fue Iniesta quien salió a defender a su entrenador, de quien dijo que «nunca busca excusas en los árbitros». Además, el héroe del Mundial negó que su equipo esté atravesando una crisis deportiva. «No creo que exista un momento de duda. Todos hubiésemos firmado estar en esta situación», aseguró el culé, quien «sueña» con estar en la final de Wembley: «El hilo que separa la gloria de la decepción es muy fino. Ahora tenemos un reto y estamos motivados para llegar a la final».