PUBLICADA EL 28 DE JUNIO DE 2006

Bandrés: “El objetivo deportivo fundamental es pelear con regularidad por Europa”

Ilusionado, seguro de sí mismo y de los valores que puede aportar al Real Zaragoza, Eduardo Bandrés, nuevo presidente del club aragonés, sueña con un equipo que de ordinario luche por la conquista de los puestos que dan acceso a la competición europea.


Ya en frío, ¿qué lleva en verdad a un consejero de Economía, a un catedrático de universidad, a la presidencia de un club de Primera?

Después de siete años de consejero creía que estaba en el final de una etapa. He afrontado la responsabilidad que conlleva la presidencia del Real Zaragoza con ganas, con ilusión, como un reto personal. Es una labor que requiere trasparencia, honestidad y profesionalidad.


¿Qué poder de atracción, de seducción, tiene un contrato tan millonario como el que, al parecer, le pusieron sobre la mesa?

Sinceramente, éste no ha sido un factor determinante en la toma de mi decisión. En todo caso, la imaginación es libre. Y la de algunas personas ha resultado libérrima, más que libre, a la hora de poner cifras y ceros a mis emolumentos.


Se trata de una respuesta que en cierto punto es obligada.

En mi vida siempre me he movido por el parámetro del gusto por el trabajo. Lo he hecho siempre. Ahora, también. No tengan dudas a este respecto.


Su zaragocismo es de sobra conocido.

En el poco tiempo que llevo en la presidencia, debo confesar que el Real Zaragoza me está rejuveneciendo. Me rejuvenece el fútbol, la preparación de la campaña que viene, el trato con los chavales de las categorías inferiores. Esto, para mí, es lo determinante.


Usted sabe que a veces el fútbol se vuelve contra los presidentes. Como aficionado lo ha vivido.

Lo normal es que también a mí me pase. Sé positivamente que habrá momentos duros, malos. Debo estar preparado para ello.


¿Cómo se puede preparar alguien para eso, para la descalificación desnuda del fútbol?

He aprendido en los años de consejero a vivir con la discrepancia, con los criterios distintos de la oposición y de otras personas. Aunque en este caso el contacto es cuerpo a cuerpo. Espero estar preparado para recibir las críticas de la afición y corregir las cosas que haya que enmendar.


Nadie le tiene que apuntar que uno de los aspectos primeros que debe corregir es el desequilibrio en las cuentas de explotación.

La diferencia entre ingresos y gastos es importante, de alrededor de doce millones de euros de media por temporada. Pero se puede ir reduciendo. En un horizonte de tres años o cuatro años cabe encontrar una situación de equilibrio.


En su primera rueda de prensa como presidente habló de aumentar los ingresos ordinarios, que entre los caminos posibles es el más largo y complejo.

Es cierto. Eso pasa por explotar la imagen de marca del club, si bien es cierto que facilitaría mucho la cuestión tener un campo nuevo o renovado.


¿En qué sentido ayudaría al club?

Nos permitirá contar con una explotación comercial, una posibilidad de inclusión de otros servicios para los espectadores y aficionados, de modo que se facilitaría la obtención de mayores ingresos.


Es un hecho comprobado que los campos modernos son arquitectura viva para los clubes, que los hace crecer o menguar.

Necesitamos indudablemente un campo moderno, acorde con el tiempo que vivimos. El estado actual de La Romareda no reúne las condiciones adecuadas para el espectáculo que es el fútbol. No invita a nada.


¿Cómo entiende usted ese espacio?

Quiero que el aficionado venga al estadio mucho antes del partido y que se vaya bastante después de que el árbitro pite el final del mismo. Ahora tengo la sensación de que se llega con el tiempo justo y que cuando concluye el partido el seguidor del Zaragoza se marcha corriendo a casa. El estadio debe ser un lugar de encuentro, de reunión con la familia o los amigos, para, por ejemplo, cenar, debatir o repasar el partido una vez haya acabado.


Dejó bien claro hace unos días que esta empresa no la llevaría a cabo el club. ¿Piensa en un proyecto municipal, en una obra declarada de interés supramunicipal o general?

En este punto, estamos a lo que digan las instituciones. Nosotros queremos que el campo de fútbol se ubique en Zaragoza. Creo que es lo razonable. El nombre de la ciudad y la estrechísima vinculación con el Ayuntamiento, que es histórica, aconsejan que el campo esté aquí, en Zaragoza.


¿Dónde lo situaría usted?

En este momento hay una propuesta del Ayuntamiento que ha quedado suspendida de modo cautelar por un juez. Nosotros abrimos un paréntesis hasta que esto se solucione. Luego, podemos seguir adelante en los términos, o no, que diga el juez.


En el empeño por conseguir nuevos recursos también ha hablado de patrocinios, cuando el mecenazgo deportivo privado en Aragón es un hecho casi excepcional.

Creo que podríamos facilitar la creación de un club empresarial que reciba del Real Zaragoza una serie de atenciones sociales y de servicios que generen valor para unos y otros, para empresas y club.


¿Puede descender al terreno de lo concreto?

Hablamos, por ejemplo, de colaboración en términos de imagen, de gestión de recursos humanos, de contactos entre empresas. Todo esto debe apoyarse en otro factor importante: el apoyo de las instituciones.


Usted pisa ahí terreno resbaladizo.

Me he autoimpuesto la mayor disciplina personal en este aspecto, para no mezclar en ningún momento la presidencia del Real Zaragoza y los colores del club, que llegan al corazón de miles de personas, con mi actividad política en el pasado. El Real Zaragoza está, y debe estar, por encima de estos avatares. Seré especialmente prudente con algunas de las cuestiones que están sujetas a debate público.


Da la impresión de que ha huído conscientemente de los debates que tienen que ver con los denominados ingresos extraordinarios por cuanto están relacionados, de una u otra forma, con los poderes públicos.

La guía que orienta mi actuación aquí es velar por los intereses del Real Zaragoza, como sociedad y como club. Y no habrá ninguna duda. En este sentido, cualquier propuesta o proyecto que venga de las instituciones públicas lo juzgaremos estrictamente por la conveniencia y adecuación a los intereses del club.


Gustavo Alcalde, presidente regional del PP, llegó a utilizar la palabra contubernio para calificar los importantes cambios operados en la presidencia y composición accionarial del Real Zaragoza.

Gustavo Alcalde es una persona aficionada al fútbol que acude al campo cuando las cosas van bien y cuando van mal. Le tengo un gran respeto político y personal. He podido estar frente a él varios años en las Cortes de Aragón y he comprobado su valía y el afecto mutuo. Es una de las primeras personas que me felicitó y deseó suerte, aunque obviamente me dijo que iba a criticar desde el punto de vista político mi marcha al Real Zaragoza. Estoy seguro de que seguirá siendo uno de los aficionados preferentes del Real Zaragoza.


¿No teme que cambios en el actual panorama político aragonés afecten posteriormente a los pilares básicos del club, como pueden ser la presidencia y el accionista mayoritario?

Creo que no debería ser así. Nos vamos a esforzar por desvincular al Real Zaragoza de cualquier atadura política que se pudiera pensar que nos condiciona. No, no. No tenemos ninguna atadura. Insisto en ello. El club no tiene por qué estar sujeto a los avatares electorales.


El aficionado, sin embargo, parece todavía expectante. No acaba de lanzar al viento renovadas ilusiones.

Aún faltan dos meses hasta que empiece la temporada y ya disponemos un entrenador, de un técnico, con una reconocida trayectoria en España y a nivel internacional, al que le gusta el fútbol vistoso y de ataque, estilo que se corresponde con el sentir del aficionado aragonés.


Sí. Pero hasta la fecha sólo ha llegado un jugador, en calidad de cedido con opción de compra.

Si el rendimiento de Andrés D’Alessando es el esperado por los técnicos acabará siendo jugador en propiedad del Real Zaragoza. Las referencias son excelentes. Su calidad está fuera de duda. Pero creo que es bueno que nos demos un plazo.


La fe del abonado pide más hechos.

Aún no estamos a 30 de junio y no podemos sacar a la luz pública algún asunto prácticamente cerrado. Además, tenemos otros frentes abiertos. Vamos a esperar un poquito.


Pablo Aimar

Estamos ahí. No es una serpiente de verano. Nos hallamos dispuestos a trabajar honestamente por hacernos con él. Sabemos que no es fácil. Y además debo ser muy prudente porque cualquier cosa que diga puede alterar la cotización del jugador en el mercado. En ese sentido, en el Zaragoza queremos trabajar con discreción, siempre y cuando seamos capaces de ajustar la posible operación a la situación económica del Real Zaragoza.


Si no cuaja.

Si no es Pablo Aimar quien recala en el Zaragoza, vendrá otro futbolista que pueda dar un punto de mayor calidad a la plantilla.


¿Se convertirá Alberto Zapater otro caso Cani?

He hablado personalmente con Alberto, y lo creo cuando me manifiesta su voluntad y predisposición a seguir aquí. Confío en que reflexione y recapacite con su representante. Soy optimista.


Por Diego Milito hay que efectuar un importante pago en la próxima temporada. No caben dudas al respecto.

Si los informes técnicos lo dicen, así lo haremos.


¿Ha trasladado ya objetivos a los responsables del área deportiva?

Sí. El objetivo fundamental es mantener una trayectoria de continuidad en la Liga peleando por los puestos que dan acceso a las competiciones europeas.