Cura contra la 'morriña'

Cuesta determinar las razones, pero al CAI Zaragoza le sienta mal la carretera. Con partidos mejores o peores. Competidos hasta el último segundo o en los que no ha hecho acto de presencia. Por lo que sea, el conjunto rojillo cambia su cara lejos del Príncipe Felipe. Un mal casi endémico, teniendo en cuenta que solo pudo ganar tres partidos como visitante la pasada campaña o cuatro durante la 2010/11. Los rojillos sufren 'morriña', una afección que solo se puede curar al calor del hogar.

El calendario, afortunadamente, da una tregua a los aragoneses en ese sentido. Después de que el Príncipe Felipe se convirtiera en uno de los epicentros del balonmano con la celebración de los octavos y cuartos de final del presente Mundial, el baloncesto regresa al recinto situado en la avenida de Cesáreo Alierta. En su tarima, su casa, el equipo dirigido por José Luis Abós recibe de manera consecutiva a Canarias y Estudiantes. Jugoso preludio del parón copero, que por primera vez contará con el CAI como protagonista activo de la cita.

Cabe remarcar la importancia de los dos partidos programados hasta la vuelta de los aragoneses a Vitoria. No en vano, en las próximas fechas, el club zaragozano debe encontrar su lanzadera hacia el próximo 'Play-off'. Un objetivo ambicioso para el que está bien posicionado, a pesar de las últimas derrotas los de Abós se mantienen séptimos, y que coronaría la mejor temporada en la historia de la entidad.

Rivales batidos

Curiosamente, dos de las tres victorias que los rojillos acumulan hasta el momento fuera de casa se han producido en las canchas de Canarias y Estudiantes. Rivales que, por tanto, han sido inferiores al CAI, incluso, en el terreno en el que los aragoneses se han defendido peor. Claro que, como todo, el presente de ambos conjuntos es muy diferente al momento por el que pasaban en la primera vuelta. Especialmente en el caso de los insulares, totalmente acoplados a una Liga Endesa en la que recién debutaban cuando tuvieron que recibir a los zaragozanos en la segunda jornada. No en vano, aquel encuentro, que terminó con un contundente 65-85, fue su estreno en la élite.

Los madrileños, por su parte, llegarán a Zaragoza después de haber conseguido el hito de entrar en la Copa en el último momento. Siendo, por probabilidades, el equipo que más complicado lo tenía. Sin embargo, los pupilos de Vidorreta, que apalizaron al Regal Barcelona para ello, se aprovecharon de la derrota de Obradoiro ante Joventut para confirmar su presencia en Vitoria. Cita en la que han quedado encuadrados por la otra vía a la que ha de recorrer el CAI Zaragoza.

Pensando en la competición copera, en la que los aragoneses deberán medirse al anfitrión en primera ronda, ganar los próximos dos partidos también se presenta crucial a efectos morales. No en vano, el conjunto entrenado por Abós llega a casa tras acumular dos derrotas consecutivas. Ambas muy dolorosas, por cierto, al producirse en el último segundo. Heridas que han de ser curadas bajo la siempre paliativa 'Mercromina' que supone el reencuentro con la marea roja.