baloncesto

Casademont Zaragoza: una primera vuelta de infortunios

El equipo aragonés ha sufrido numerosos contratiempos desde el inicio del curso que han lastrado su rendimiento. Pese a todo, ha alcanzado el ecuador de la temporada con ocho victorias en su haber. 

Rati Andronikashvili, el último fichaje del Casademont, en el partido ante el Girona.
Rati Andronikashvili, el último fichaje del Casademont, en el partido ante el Girona.
Guillermo Mestre

El Casademont superó el pasado sábado al Girona (81-74), en el pabellón Príncipe Felipe, y alcanzó el ecuador de la temporada con hasta ocho triunfos en su haber. Una cifra muy meritoria, a todas luces imprevista, después de una primera vuelta de fatalidades, de continuas desventuras, de grandes desgracias, que han lastrado el rendimiento del equipo desde el inicio de la competición. 

Pese a todo, la plantilla ha exhibido carácter, orgullo y personalidad, y una fe inquebrantable en sus propias posibilidades, para superar una situación de muy difícil manejo: ahora se alinea en la décima posición de la tabla en la Liga Endesa, y sigue inmerso en la lucha por acceder a las eliminatoris directas de la FIBA Europe Cup. Entre fugas, salidas precipitadas, despidos obligados y lesionados de larga duración, los obstáculos a sortear han sido muy elevados.

Fichajes fugaces

En verano, el Casademont se quedó sin dos de sus fichajes para el nuevo curso: Leo Meindl y Jordan Morgan optaron por marcharse de la entidad, sin ni siquiera haber debutado, tras haber ejecutado la opción de salida que contemplaban sus respectivos contratos. Procedente del Cluj Napoca rumano, Meindl suponía un importante refuerzo para la posición de alero. Y disponía, además, de experiencia en la Liga Endesa después de haber competido dos años en el Fuenlanbrada.

Por su parte, Jordan Morgan hubiera aportado intensidad y versatilidad al juego interior de los zaragozanos. Llegaba tras haber ofrecido grandes registros en el Konyaspor turco, donde facturó 17,8 puntos, 7,6 rebotes y 2,1 asistencias por partido, en los 21 encuentros disputados, durante el ejercicio 2022-23.

Problemas con los bases

El Casademont perdió a Stefan Jovic, la pieza angular de su proyecto deportivo, al abonar el Valencia Basket la cláusula de rescisión del jugador. El contratiempo se produjo, además, cuando sólo faltaban cinco días para el inicio de la competición oficial. La reacción del club atendió a la contratación de Andrea Cinciarini, quien, sin embargo, rindió en Zaragoza por debajo de las expectativas generadas. Además, el italiano abandonó la plantilla el 10 de diciembre, por motivos personales, después de haber participado en 12 encuentros de la Liga Endesa y en 7 partidos del torneo continental.

El infortunio del Casademont no acabó ahí. El club incorporó en enero a Rati Andronikashvili, quien se estrenó con los zaragozanos el pasado sábado, ante el Girona, aunque su participación se redujo a sólo cuatro minutos y medio: sufrió una lesión de rodilla que, en principio, le mantendrá alrededor de un mes y medio de baja. Al menos, los primeros exámenes médicos no han mostrado una rotura del ligamento.

Asimismo, Bell-Haynes inició el curso con dudas, muy alejado de su mejor versión, lastrado por su tardía incorporación a la plantilla y, también, por una lesión en el hombro que se produjo en la segunda jornada de la Liga Endesa. El base participó con la selección de Canadá en el pasado Campeonato del Mundo, que finalizó el 10 de septiembre, y no pudo realizar la pretemporada con los zaragozanos.

En los primeros partidos, el base exhibió un juego entrecortado, con numerosas intermitencias, lo que redujo notablemente la capacidad competitiva del Casademont. Sin embargo, Bell-Haynes ya ha recuperado su verdadera dimensión: en sus últimos siete compromisos de la Liga Endesa, el canadiense ha firmado dobles dígitos en anotación y en valoración, y ha desempeñado un papel capital en la reacción protagonizada por los aragoneses.

Adiós a Okafor

Jahlil Okafor abandonó la plantilla zaragozana el 27 de noviembre, tras haber abonado la cláusula de rescisión de su contrato, para marcharse al Zhejian Lions de China. El pívot era por entonces el jugador más productivo del equipo aragonés, con una media de 14,9 créditos de valoración por encuentro en la Liga Endesa. Había jugado 11 partidos, con unos guarismos de 11,7 puntos, 5,1 rebotes y 1,8 asistencias por choque. Tampoco continuó en el equipo aragonés Obi Emegano, quien no fue renovado debido a sus persistentes problemas físicos, que le alejaron sobremanera de su mejor rendimiento. 

Las lesiones

El Casademont afrontará los próximos partidos sin Mark Smith, su máximo anotador, quien ya no pudo intervenir en el duelo ante el Girona. El escolta permanecerá alrededor de dos meses de baja, debido a una fuerte contusión en el muslo derecho que sufrió la pasada semana durante una sesión preparatoria. El americano venía aportando 13,5 puntos, 4,1 rebotes y 2,5 asistencias por partido en la Liga Endesa.

Smith no participará tampoco en los duelos contra el Joventut de Badalona, el Valencia Basket, el Bilbao, el Río Breogán, el Tenerife y el Barcelona, mientras que también se perderá los cuatro choques que restan de la fase de grupos de la FIBA Europe Cup. Mientras, Lucas Langarita sufrió un esguince de tobillo en el partido del sábado.

Antes del inicio de la temporada, el Casademont sufrió otro importante contratiempo con la lesión de Borisa Simanic. Fue el pasado mes de septiembre, en Filipinas, durante la participación del serbio en el Mundial. El ala-pívot recibió un fuerte codazo en la zona renal, en el partido ante Sudán, y fue intervenido de urgencia en un hospital de Manila. Tuvieron que extirparle un riñón, y todavía no existe una fecha para su regreso a las pistas.

Además, el entrenador del Casademont, Porfirio Fisac, no pudo alinear durante tres partidos de la Liga Endesa, y dos de la FIBA Europe Cup, a Santi Yusta ni a Emir Sulejmanovic, dos de sus jugadores de mayor incidencia. Ambos se lesionaron en el partido ante el Kalev, a finales de noviembre: un esguince de tobillo, en el caso del madrileño, y un edema en la rodilla, en el caso del bosnio.

Un calendario sin tregua

El Casademont vivió una pretemporada atípica, de incertidumbres, que supuso una merma considerable para su adecuada puesta a punto. Sin embargo, tuvo que ajustar todas sus piezas mientras compitía, porque el calendario no ofreció tregua ni en el torneo doméstico ni en el campeonato continental: hasta 9 encuentros acumuló el Casademont en los primeros 30 días de la temporada, lo que representó una rémora considerable para la condición física de la plantilla y la óptima preparación de los partidos.

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