baloncesto

Waczynski abandera un triunfo vital del Casademont

El alero polaco pilotó la victoria ante el UCAM Murcia. El equipo se aleja del descenso.

Casademont Zaragoza - UCAM Murcia
Casademont Zaragoza - UCAM Murcia
Toni Galán

Mucho más trascendente incluso que los brillantes registros que figuran en la planilla, fue el liderazgo que asumió Adam Waczynski para levantar a un Casademont que agonizaba al descanso (38-48). Todo fue diferente en la reanudación. Catalizado por el alero polaco, el conjunto aragonés se levantó con un parcial global (53-30) en la segunda mitad. Fue básico el parcial de regreso en el tercer cuarto de 17-2, que volteó un encuentro que el UCAM Murcia tenía encauzado al intermedio. Así se fraguó un triunfo crucial, el séptimo del curso, que aleja la cota del descenso a tres victorias. Pero, sobre todo, llena de motivos para creer en un Casademont que ayer proclamó que su deseo de vivir sostenido por un jugador extraordinario, Adam Waczynski.

Además del valor del triunfo como tal, de ese mayor sosiego con que hoy contemplamos la clasificación, hay que considerar la entidad del rival. Llegaba el UCAM Murcia en plenitud, con un balance magnífico de 10 (victorias)/6 (derrotas) que significaba su primera clasificación para la fase final de la Copa del Rey. Es el que equipo que más puntos factura (87 y pico) y el que más faltas comete (23). Esto es, agresividad en los dos aros. Se nota a la legua la mano de Sito Alonso. Y desde luego, se notó en el arranque de ayer. Sólidos, con los roles muy definidos en la pista, el UCAM se fugó de inmediato pese a no mostrarse fino en el tiro. Apretando los dientes desde el inicio de la posesión rival, su sensacional defensa asfixió a un Casademont contemplativo que se quedó en 13 famélicos puntos en el primer cuarto. Ponsarnau no atinó con el quinteto inicial (Cook, Mobley, Yusta, Radoncic y Thompson). Espabiló un tanto el cuadro local en el segundo cuarto. Entonces ya era manifiesto el aporte de Waczynski, con 10 puntos facturados sin fallo cuando su equipo apenas sumaba 26 (26-31). Yusta y Thompson echaron una mano e incluso hubo pelota para remontar (31-33). Pero Sito paró la crecida aragonesa. El UCAM elevó más si cabe su presión defensiva y Webb empezó a enchufar triples. Curiosamente, todo eso ocurrió cuando Waczynski se había sentado a respirar. Al descanso, 38-48. Y el marcador global no era lo peor, sino la sensación de fragilidad que lastraba a un Casademont superado con holgura.

Pero todo cambió después. Hay que hablar, y para bien, de la serenidad de Ponsarnau, que ayer le ganó la partida y el partido a Sito. Duele escribir esto, pero fue así. Duele porque Sito se lo ha currado más que nadie. Desde el patio de Compañía de María. O coordinando en Helios siendo un chaval. O siendo valiente para irse a Monzón, donde jugaba y entrenaba a unos infantiles antes de que amaneciera para que luego fueran al colegio. Unos infantiles, los del Monzón, que le plantaban cara al antiguo CAI. Y luego le llamó Aíto para la Penya. Y ahora, cuando en su barba ya aparecen algunas canas, lleva tres lustros en ACB paseando su origen zaragozano. El baloncesto apasionado de Sito, desde luego, se refleja en el UCAM. Duele escribirlo, reitero, pero ayer al UCAM le condenó esa pasión, ese impulso excesivo que le llevó a perder 26 balones. Sí, aunque capturaron 15 rebotes más y el Casademont lo falló casi todo desde la línea de personal, perdieron el partido...

El Casademont iba perdiendo pero no se extravió. Fundamental, repito, la serenidad de Ponsarnau, entrenador en la banda. Y básica también, la sabiduría de Waczynski, entrenador en la pista. No siempre la cabeza del entrenador en la pista es el base. Carlos Jiménez también era la cabeza del entrenador en la pista y no era base. Waczynski tampoco lo es y ayer pilotó la remontada. Halló un quinteto estable Ponsarnau en la reanudación, con Bone, Waczynski, Radoncic, Vanwijn y Hlinason. Moviendo con criterio el balón, con posiciones liberadas para lanzar, así se ganó. Canasta, canasta y otra canasta. Parcial 17-2. En serio, para frotarse los ojos: 55-50. En la última meta volante, 66-60. Sito se había equivocado, pero reaccionó en el último cuarto. Lo intentó como lo ha intentado siempre, pero ayer se encontró con un Casademont maduro abanderado por un jugador excepcional: Adam Waczynski.

91 - Casademont Zaragoza (13+25+28+25): Cook (2), Mobley (5), Yusta (9), Radoncic (7), Deon Thompson (14) -cinco inicial- Bone (17), San Miguel (4), Vanwijn (9), Waczynski (19) y Hlinason (5).

78 - UCAM Murcia (22+26+12+18): Davis (2), Taylor (24), Czerapowicz (2), Webb (21), Lima (7) -cinco inicial- Bellas (-), Malmanis (1), Radovic (8), McFadden (8), Cate (5), Rojas (-) y Vasileiadis (-).

Arbitros: Martín Caballero, Rafael Serrano y David Sánchez. Excluyeron por personales a Radovic (min.35).

Incidencias: partido correspondiente a la decimoséptima jornada de Liga disputado en el pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza ante 3.128 espectadores

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