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Real Madrid-Casademont: un partido a dos minutos

El Casademont fue incapaz de competir contra el RealMadrid. Un parcial de 10-0 reflejó la pésima puesta en escena del equipo de Ponsarnau en el Wizink Center

El aragonés Alocén trata de penetrar a canasta ante la oposición de Mobley y Radoncic.
El aragonés Alocén trata de penetrar a canasta ante la oposición de Mobley y Radoncic.
Emilio Naranjo/efe

Jaume Ponsarnau advirtió en la previa que para competir en el Wizink Center debían entender un partido a 40 minutos. Nada más lejos de la realidad. El Casademont solo le duró dos al Real Madrid. Los dos minutos iniciales. Un lapso en el que los blancos facturaron un parcial de 10-0. Un abrir y cerrar de ojos en el que las pérdidas (tres) fueron castigadas por un rival al que no se le puede conceder un resquicio. Poirier, Williams, Randolph… ¡Pim! ¡Pam! ¡Pum! El duelo voló en una puesta de escena deplorable de los aragoneses, que obligó a Ponsarnau a detener el juego cuando algunos ni habían tomado asiento en sus butacas.

En dos minutos, el Casademont había echado por tierra cualquier planteamiento. Y tampoco el tiempo muerto surtió efecto. El primer cuarto fue devastador. Un aluvión de canastas locales. Por dentro y por fuera; a campo abierto o en sistema… El equipo zaragozano fue un juguete en manos de un Real Madrid arrollador, que maneja todos los registros y no echó de menos las ausencias de Rudy Fernández y Walter Tavares.

Poirier y Yabusele se bastaron en la zona. Williams y Taylor fueron determinantes en el lanzamiento exterior. Y así, el Madrid no permitió que el Casademont ni siquiera asomase en el encuentro. Las siete pérdidas que los de Ponsarnau acumularon en el primer cuarto definen su aparición en el compromiso. Siete pérdidas que, sumadas a los deficientes registros en el lanzamiento, situaron la valoración global del equipo en -15 en un parcial que trajo la reaparición de Carlos Alocén.

El base zaragozano entró a la cancha en el minuto 6 de partido, cuando el marcador ya reflejaba un insultante 23 a 3, y acabó disputando un total de 15 minutos en los que acusó su falta de ritmo. En los dos últimos meses, Alocén solo ha disputado cinco minutos de juego. Su último partido completo se vio el 27 de octubre, en la victoria del Real Madrid sobre el Zenit de San Petersburgo en Euroliga, y después sufrió una lesión de espalda que lo mantuvo apartado hasta el pasado 19 de diciembre.

Volvió ante el UCAM Murcia y recayó de esa dolencia, pudiendo jugar únicamente esos cinco minutos residuales. Después, en plena recuperación, cayó contagiado de covid y desapareció de las convocatorias hasta el pasado viernes, cuando Pablo Laso lo incluyó en la lista del choque frente al Baskonia pero no llegó a hacerle jugar.

Esperó hasta este domingo para hacerle reaparecer ante los que fueron sus excompañeros. No anduvo fino en el lanzamiento (0 de 3 en tiros de dos y 1 de 3 en triples) ni demasiado clarividente en la dirección, pero su regreso fue la mejor noticia a contar este domingo sobre lo visto en el Wizink Center. Le queda media temporada para recuperar el protagonismo perdido.

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