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La nueva dimensión de Ennis

Además de ser el jugador más destacado en ataque contra el Nizhny con 26 puntos, el escolta ofreció una implicación defensiva que ha ido en aumento desde la llegada de Casimiro al banquillo.

Dylan Ennis, celebrando la victoria contra el Nizhny junto a Hlinason.
Dylan Ennis, celebrando la victoria contra el Nizhny junto a Hlinason.
BCL

El baloncesto es defensa. No hay deporte en el que esta faceta sea tan decisiva. Y el partido de ayer fue un ejemplo más. El Casademont Zaragoza no fue el Casademont Zaragoza hasta que no empezó a defender de verdad. Tras encajar 28 puntos en el primer cuarto, el equipo de Luis Casimiro fue incrementando el orden y la implicación en campo propio, hasta frenar la facilidad anotadora exhibida por el Nizhni Novgorod en el inicio y darle la vuelta al encuentro. La buena defensa contagia. Y gracias a la corrección de los desajustes defensivos que permitían lanzamientos triples cómodos a Vorontsevich, Astapkovich o Baburin, así como de la mejora en el rebote, el Casademont Zaragoza también logró sentirse seguro y confiado en ataque.

Cuando los aragoneses se sintieron arropados atrás, el dinamismo ofensivo aumentó y las circulaciones derivaron en balones interiores para Benzing, Wiley o Harris, que fue el mejor de la primera mitad, con permiso de un Dylan Ennis que inicialmente fue el paradigma de la ansiedad general del equipo y después se serenó para voltear el marcador.

En ataque, Ennis fue el Ennis de toda la temporada. En defensa, el canadiense no tuvo nada que ver con lo que fue con Ocampo ni, mucho menos, con Sergio Hernández. Desde la llegada de Luis Casimiro al banquillo, Ennis es un jugador más generoso e implicado en labores defensivas. El nuevo entrenador le sigue otorgando protagonismo anotador, pero no exento de trabajo.

Ayer se vieron las dos versiones de Ennis. De entrada, suplió la falta de inspiración en el lanzamiento con energía y derroche. Ya en la segunda mitad, ese talento imprevisible, a veces arriesgado, resultó fundamental hacia la victoria del Casademont Zaragoza. Los números ofensivos -26 puntos, con 10 aciertos en 17 intentos en tiros de campo, cuatro asistencias y un 26 final de valoración- reflejan lo que es el escolta, pero no hay que obviar los cinco rebotes que ayer capturó y su esfuerzo en ambos lados de la cancha.

Dylan Ennis lo jugó todo (más de 36 minutos) y, a pesar de ello, supo leer y reconocer los distintos momentos del partido. Creció desde la intensidad defensiva cuando hizo falta y recuperó el descaro, el desenfado, cuando el Casademont Zaragoza más necesitaba sus puntos; en un inicio de la segunda parte en el que cambió la dimensión del encuentro y también la del propio escolta.

Dylan Ennis, Elias Harris y Jacob Wiley empezaron a correr y el equipo se soltó, siendo más dinámico e incómodo para un Nizhni Novgorod que se paró en ataque y vio cómo se le iba el choque. Los rusos sabían que, con el Casademont jugando a su ritmo, no tenían nada que hacer. Y esto fue, precisamente, lo que ocurrió durante el segundo tramo del encuentro. Todos defendieron y atacaron. Todos se sacrificaron por el equipo. Todos, incluido un Dylan Ennis que es otro jugador desde la llegada de Luis Casimiro. 

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